Capitulo 2

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- Arreglaba sus cosas con mucho cuidado, tratando de demorarse lo más posible, aplazando lo que se le venía encima. No quería, se rehusaba a vivir un mes con Christopher Uckermann, ya lo había hecho, 2 años, los mejores y a la vez los peores de toda su vida. Aunque ya habían pasado dos días, no podía llegar a imaginar por qué demonios su abuela habría querido que ella y Christopher vivieran juntos, peleaban continuamente, y ella lo sabía, se lo había contado.
Y eso no era lo peor, lo peor era que los mandaba justo donde habían pasado su luna de miel, lo habían pasado tan bien, habían vivido su amor con locura, como los adolescentes que eran en ese entonces, el con 20 años y ella apenas una escuincla de 18. Sin poderlo evitar comenzó a sonreír, dejándose llevar por los recuerdos

Pablo: ¿se puede saber por qué sonríes?, no quiero llegar a imaginar que te emociona o que te hace feliz irte a vivir con tu ex esposo

Dulce: (cortó su sonrisa de inmediato, volviendo a la realidad. Pablo si que sabía sacarla de su mundo feliz) claro que no, ya sabes que no me agrada la idea

Pablo: entonces me puedes explicar por qué aceptaste

Dulce: Pablo, entiende, son los bienes de mi familia, no te imaginas cuanto trabajaron para establecerse y yo no pudo tirarlo todo por la ventana dejando que Christopher se quede con todo, no le pertenece

Pablo: pero Dulce...

Dulce: Dulce nada, ¿acaso no confías en mí?

Pablo: en ti si, en el no. Tú no te fijaste como te miraba, te comía con los ojos

Dulce: no digas tonterías, el tiene a otra... la mujer con la que me engañó (dijo bajando la mirada)

Pablo: (se acercó a ella) aun te duele, ¿Verdad?

Dulce: (lo miró a la cara) hoy estas especialmente insoportable... Sal de aquí

Pablo: no estarás hablando enserio

Dulce: fíjate que si, me pones de mal humor y haces que me duela la cabeza. Vete (Pablo dijo algo entre dientes, notablemente enojado y se fue. Suspiró aliviada, al fin un poco de paz, por el momento. Sin darse cuenta, ya tenía todas sus cosas listas, gimió con desgano y tomó su maleta, para irse. Bajó al estacionamiento y se montó en su carro.)

Dulce: ya te dije que no

Chris: Dulce, por favor, coopera ¿si?

Dulce: no, no pienso montarme en esta... cosa

Chris: (se cruzó de brazos) ¿y de cuando acá tan fina? Antes te encantaba

Dulce: tú lo haz dicho, antes, ya no... Mira, tú vete en tu adorada moto y yo en mi carro, es tan sencillo como eso

Chris: ok, como quieras... (Se montó) pero antes, podrías ir a atrás del edificio y ver si mi departamento tiene las ventanas cerradas, es que no estoy seguro

Dulce: ¿y no puedes ir tú?

Chris: por favor Dulce (dijo regalándole una mirada que sabía que no se resistiría)

Dulce: (rodó los ojos) esta bien

Chris: es el tercer piso (le dijo mientras caminaba, cuando ya no estaba a la vista, se bajó de la moto y abrió el capot del auto, vio el motor y desconecto unos cuantos cablecitos mientras sonreía con malicia, luego lo cerró y volvió a la moto, justo cuando Dulce volvía) ¿y?

Dulce: todo está bien

Chris: perfecto, entonces vámonos (esperó hasta que Dulce se montara en su coche y prendió la moto, esperó a que ella hiciera lo mismo con su coche, pero, inesperadamente, algo andaba mal) ¿pasa algo? (dijo inocente)

Dulce: (frunció el ceño) no prende

Chris: déjame revisarlo (la chica dejo de intentar y esperó hasta que el abriera el coche, lo hizo y se quedó quieto, solo para hacer tiempo, luego lo cerró y se acercó a ella) tu coche esta pésimo Dulce, lamentablemente para ti, tendrás que irte conmigo

Dulce: pero... ya que (dijo resignada) ¿y las maletas?

Chris: yo mandare a alguien por ellas, déjalas en tu auto (ella así lo hizo, luego se monto tras el y con mucho pesar, lo abrazo por la cintura) trata de que me llegue aire a los pulmones

Dulce: eres un beep, si no me afirmo me caigo

Chris: aja (volvió a encender la moto y al fin partieron hasta la casa de Hilda)

- Unas cuantas horas más tarde, ya estaban haya. Dulce entró con desgano y nostalgia, no le gustaba que los recuerdos la atormentaran de esa forma, ya había aprendido a controlarlos, pero estar en el lugar donde algunos de los hechos más importantes sucedieron no era fácil. Miró a Christopher de reojo, solo Dios sabía cuanto lo había amado y cuanto había sufrido por el, y al parecer el seguía intacto, como si nada hubiera pasado, claro, porque el nunca la quiso, solo fue un capricho adolescente y ya, que más daba que la tonta de Dulce sufriera...

Chris: Dulce, ¿me estas escuchando?

Dulce: no, no estoy escuchando y déjame sola (dijo, antes de irse a la terraza, necesitaba aclarar su mente, pensar en como iba a sobrellevar esto, no quería volver a enamorarse de el... Ash, a quien engañaba, lo seguía amando como beep, pero aun así no quería estar muy cerca de el, le hacía mucho daño)

Chris: ¿me quieres decir que te pasa? (dijo llegando a su lado)

Dulce: ¿me quieres decir(dijo imitando su tono) por qué me engañaste    

EL TESTAMENTOWhere stories live. Discover now