Un año atrás.
Trataba de acomodar mis cosas en mi mochila, pero pareciera que mi peine y camisa no querían entrar junto con mis libros. Era el primer día de escuela, no quería llegar tarde y encontrarme con las chicas que me querían robar un beso o abrazo. No me quejaba, pero tampoco quería tener una sola noche con ellas.
Soy humano, aun siendo popular quiero tener una pareja estable, alguien que pueda hacerme sonreír con tan sólo una mirada y me ame tanto como yo a ella. Mis amigos se burlaban, me decían que no era pensamiento de alguien de mi categoría pero las etiquetas son estúpidas.
Agarre mochila—aun medio abierta—y Salí de mi casa.
Al llegar a la escuela, lo primero que analice fue la entrada. No quería correr por mi vida en el primer día y menos cuando Miroku podía estar grabando. Camine despacio, con una gorra en mi cabeza y unos lentes rosas...De mi hermana pequeña.
-¡Inuyasha!—Kikyo corrió hacia mí y me dio un gran abrazo. —No te había reconocido, pero esos lentes son imposibles de olvidar.
-Son de mi hermana.
-Aja, y yo mi collar es de mi papá.
-¡Fue una apuesta!
-Pero aun los conservas. —Sonrió.
La ignore y entre al instituto. No quería hablar más sobre el tema y declarar que realmente me gustaron y decidí quedármelos. Mi reputación estaba en juego.
Mire mi nuevo horario, me tocaba primero Química y luego un poco de matemáticas. Ninguno de mis amigos estaban conmigo, al menos hasta la tercera clase y eso era malo, no quería pretender ser inalcanzable. Ellos hacían ese trabajo a la perfección.
-Ya llegue, perras. —Miroku nos abrazó y camino junto a nosotros con una gran sonrisa en sus labios. Los que pasaban nos miraban con adoración y a veces nos sonreían entusiasmados que les devolviéramos el gesto.
-Perra tu cola. —Kikyo le dio un golpe en el pecho a nuestro amigo y se adelantó. Sabíamos que no estaba enojada, pero le gusta el drama.
Jugamos piedra, papel y tijeras para decidir que iría para soportarla. Miroku perdió y se fue con malas palabras dirigidas a mí; yo lo ignore y camine al salón de Química II, al menos quería un lugar decente.
Al entrar, las personas se empujaban y me señalaban—nada discreto—pero eran felices. Suspire y camine hasta un asiento en la ventana, entonces...La vi.
El cabello azabache, ojos cafés, bonitas piernas, figura normal—nada que presumir—aun así me sonroje, sonrisa demasiada linda y risas que daban ternura. No sabía quién era, pero en tres segundos me robo el corazón.
-¡Es cierto!—La chica bonita golpeo su mesa. —Ella lo beso.
Incline mi cabeza sin comprender, sin embargo no podía despegar mi mirada de ella.
-Carrie lo besa. Es hermosa esa escena. —Movió sus manos alegre. —Me encanto el libro.
Ugh... Libros.
Deje de verla y me dirigí a un chico, él se sorprendió pero me hablo como si no estuviera a punto de hacerse pipi en los pantalones.
-¿Quién es ella?—La señale.
-¿Eh?—El castaño visualizo a la chica y después hizo una mueca. —No recuerdo su nombre. Bankotsu, ¿sabes cómo se llama?—Señalo con su cabeza a la persona.
-Kagome. —Lo pensó por unos minutos. —No recuerdo su apellido.
Inútiles.
-Que buenos compañeros. —Les dije con molestia.
-No es mi problema que la chica sea invisible en esta escuela. —El chico llamado Bankotsu bufo y se fue a platicar con otras personas.
¿Invisible?
Después de ese acontecimiento, mis días se basaron en acosarla y aprender cada detalle de ella, aunque muchas personas ni la conocían. Mis amigos se empezaron a preocupar pero no me importaba, yo quería conquistar a la señorita invisible.
-¿Qué harás?—Miroku me dijo un día.
-Tengo una idea. —Sonreí cuando la encontré con mi mirada.
-¿Y?
-No quiero que se convierta en popular. —Negué con la cabeza Yo quiero ser invisible.
-¿Qué?
-Seré invisible por ella.
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Seré invisible por ella
Fiksi Penggemar(Segunda parte de "quiero ser invisible" Tendrá más capítulos. Inuyasha seguirá luchando por la atención de su nerd favorita, pero alguien debió advertirle que no era fácil enamorarla. ¿Qué debe hacer para que la escuela lo deje de ver? Ser invisibl...