El encuentro.

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Raúl ya no me dijo nada mas, no me adelanto ni un pequeño detalle de que podría ser esa sorpresa, tan solo me dijo: “se paciente, pronto llegara”. Y con un te quiero me colgó. Decidí ir a dar una vuelta por el pueblo, para conocerlo más. Todo eran casitas bajas, la mayorías blancas, y en todas, sus balcones y ventanas estaban decoradas con rosas de todos los colores, en las aceras cada tres metros había un árbol, o alguna que otra planta preciosa, y para lo pequeño que era el pueblecito, habían unas cuantas fuentes que no tenían nada que envidiar a las grandes ciudades, creo que podré vivir bien en esta casa, sin darme cuenta llegué a la playa, era preciosa, su arena era fina y su agua casi transparente, observe como habían unas cuantas casas cerca de la playa, y como una estaba en venta/alquiles y me puse pensar como seria vivir cerca del mar, poder despertarte oyendo las olas llegar, creo que no sería mala idea comentárselo a Frederick, aunque se, que a Jeremy y Clara no les gustará la idea, pasee un poco por la playa y cuando miré el reloj vi que era la hora de regresar al instituto para volver a casa. Cuando llegué aun quedaban unos pocos minutos para que sonara el timbre, y cientos de alumnos salieran de la puerta, me apoyé en una verja que había cerca del aparcamiento, que se encontraba al lado de la puerta principal, y cuando sonó el timbre y todos los alumnos comenzaron a salir todos se quedaban mirándome de arriba abajo, comentando entre alguna que otra risita que yo era la nueva. Intenté buscar a David, pero no lo pude ver, joder, quería verlo y observarle de nuevo, pero no podía.

-          Hola soy Bianca – una chica alta, y morena se acercó a mí con una amplia sonrisa, detrás suya iban otras dos chicas – supongo que tu eres la nueva.

-           Así es – dije completamente seria, no sé porque esas chicas no me convencían mucho, tal vez al ver la cara que la gente puso cuando se acerco y algunos comentarios en plan: “¿Bianca hablando con la nueva? ¿Que se tramara?” supuse que sería la más popular del instituto, la que se creía mejor que todos, y eso no me gustaba.- Yo soy Rebecca.

-          ¿y vienes de la capital, no? – yo asentí mientras ella no quitaba su sonrisa- ¿eres un poco tímida?- yo la mire atónita, ¿a ella que le importa como soy?¿ No ve que paso de ella? Menos mal que en ese instante vi como Clara entraba por la puerta con Mark en cogido a la mano.

-          Eh, lo siento, me tengo que ir, ya hablamos.- y sin dejar que ella contestara salí de ahí. Mark nada más verme se soltó de Clara y vino corriendo hacia mí, yo enseguida lo cogí en brazos- ¿Cómo estas peque? ¿te gusto la guardería?

-          Si, está muy chuli, hay un montón de gente, y ya tengo amigos. – y mientras él seguía contándome cosas sobre sus nuevos amigos llegamos al coche, y tomamos el camino de vuelta, Oscar no venía, Clara me dijo que se iba con unos amigos a dar una vuelta y luego volvería a casa.

Después de comer, y jugar un rato con Mark decidí despejarme un rato. Cogí el portátil y comencé a mirar nuevas noticias, de repente, se me vino en mente la casa de la playa, era pequeña pero preciosa, la más bonita que había visto, decidí cambiarme de ropa, me puse unos shorts de deporte y una camiseta de tirantes, me desmaquillé y después de hacerme una coleta alta cogí una chaqueta de chándal, mi mp3 y salí con la excusa de que iba a correr, no era muy extraño, lo hacía prácticamente todos los días, y perfectamente podía tirarme dos horas fuera de casa, claro está que no me tiraba las dos horas corriendo, pero era una forma de distraerme. Subí al bus, y me dirigí al instituto, desde allí iría a la playa. Comencé a correr, no me vendría mal hacer un poco de deporte, pase por enfrente de la casa y me quedé observándola, me encantaría vivir allí, sola, apartada de Oscar y de Jeremy, no tenía nada en contra de él, pero era tan parecido a mi madre, que me resultaba difícil verle, y a veces me resultaba complicado hablar con él, no sería mala idea poder vivir sola. Comencé a correr, otra vez, y sin darme cuenta me tropecé y me doble el tobillo. ¡Joder, si que duele!

-          ¿estás bien?- oí una voz a mis espaldas y al girarme le vi, era él, el chico moreno con ojos azules, era David, creo que me quedé embobada mirando su perfecta sonrisa de dientes blancos, ya que el volvió a repetir la pregunta- ¿estás bien?

-          Oh si, si, no es nada – dije devolviéndole la sonrisa – iba pensando en otras cosas

-          Ya veo, menudo golpe te diste – y volvió a sonreír aun más, el era perfecto-ven que te ayudo a levantarte – yo hice el esfuerzo pero me volví a caer y él me cogió en brazos. Me puse completamente roja, iba encima de él, bueno me cogió como se le coge a una novia el día de su boda, me tenía entre sus dos brazos y yo no podía decir ninguna palabra- vamos a mi casa, está cerca de aquí.

-          No tienes porque hacerlo.- el no contestó y se dispuso a andar.- por cierto, yo me llamo Rebecca.

-          ¿tú eres la prima de Oscar? Yo soy David- yo asentí avergonzada.- pero ¿esto no te pilla un poco lejos?

-          Cogí el bus- y el rió, ¿cogí el bus? No había otra frase más adecuada.- bueno, esta mañana pasé por aquí, y vi una casa en venta.

-          ¿vas a mudarte?

-          Bueno no lo sé, tengo que hablar con Raúl.

-          ¿tu novio?- pero ¿eres tonta? Este chico no sabe quién eres, no abe quien es Raúl, ni Frederick ni nadie.

-          No no… es… un… amigo, solo eso.

-          ¿y porque tienes que hablar con él?

-          Bueno es una historia larga.

-          Puedes contármela mientras te cuido. Ya hemos llegado

David era muy majo, no paraba de hacer bromas y sin pensarlo no pude parar de reír, hacía tres meses que no reía como lo hago ahora, ni tan siquiera Raúl había conseguido que riera, solo aluna sonrisa o carcajada. Sin duda había juzgado a David antes de tiempo, no era un imbécil o un tonto como pensé era perfecto.

-          Bueno yo creo que me voy, se está haciendo tarde.

-          Yo te acompaño.

-          No no, para nada, ya es tarde.

-          Por eso mismo, asique calla, y vámonos – dijo el sonriéndome y cargándome otra vez entre sus brazos.

-          Puedo andar ¿sabes?- dije riendo

-          ¿estás segura?- y me dejo en el suelo, y yo volví a caerme al suelo, pero por suerte antes de llegar al suelo el me cogió entre sus brazos – yo creo que no eh – y ambos reímos.

Llegamos a la parada del bus, y subimos, pude bajarme de sus brazos pero aun así necesite ayuda para poder andar. Una vez llegamos a casa, llamé al timbre y apareció Oscar mirándonos sorprendidos, detrás aparecía Clara, que iba a ver quién era y Mark salió gritando. Al ver que iba cogida a David todos me miraron sorprendidos

-          ¿tú qué haces aquí?- pregunto Oscar a David.

-          Si tranquilo, que yo estoy bien – dije irónicamente.

-          Bueno me encontré con Rebecca en la playa, ella se tropezó mientras corría y creo que no puede mover el tobillo – explicó David mientras entrabamos por la puerta.

-          ¿estás bien?- preguntaron Jeremy y Clara al unísono, yo asentí – luego miramos ese tobillo, y tu David, ¿te quedas a cenar?

Infinity Forever.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora