Mentiras.

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No sé como logre hacerlo, pero cuando él estaba distraído mirando a mis ojos, yo fui lo suficientemente fuerte para no perderme en los suyos y para cambiar la situación. Puse  mis manos en sus hombros y armándome de fuerza conseguí que ahora él estuviera tumbado y yo encima de él sonriendo victoriosamente.

- vaya con la señorita Rebecca, no sabía que tenias tanta fuerza

- nunca me subestimes - y riendo me levante de encima suya- tampoco tarde tanto para que te quedaras dormido... ¿fuiste a la fiesta de Bianca?

~~

(Narra David)

-ehh... no - mentí tras un pequeño silencio- me quedé en casa viendo unas películas- volví a mentir. Si fui a la casa de Bianca, pero solo fui para ver si ella estaba allí, estos días no había ido a casa de Oscar, ni mucho menos en el instituto y no pude verla y pedirla perdon. Cuando me di cuenta de que ella no estaba en la fiesta quise irme pero  Bianca me lio, como siempre, estaba tan confuso y mareado que acepte otra vez, me acosté con ella y después me quede dormido en su cuarto, bueno, no totalmente dormido estos días, ente lo de mi hermano y esa estúpida cría que no sale de mi mente es imposible dormir. Y me acosté con Bianca como lo hago ya desde hace... casi dos años, y no está nada mal, tan solo es sexo en estado puro, aluna vez tuve que hacer de su "novio" y casi todos piensan que así es, que yo soy su perrito faldero.

- No puedo entender cómo eres amigo de esa víbora - reí ante su comentario.

- No es tan mala como piensas

- es una idiota, se cree más importante que otros por tener algo más de dinero, se cree que es suyo el poder, que todos tienen que tenerla como prototipo a seguir, se cree que tiene el derecho de hacer con la gente lo que quiera, se cree que el instituto es suyo.

- bueno... Tienes razón.

-¿y si la tengo porque eres su amigo?

- Es suyo el instituto.

- lo de que sea la más "popular" no quiere decir que sea suyo.

- No, enserio, su padre es el señor Márquez - enseguida su expresión cambio, ahora estaba sorprendida.

- ¿ella es Bianca Márquez?- yo asentí- me da igual, aun así sigo pensando lo mismo.

Me levanté de la cama, y la observe mientras se ponía una chaqueta y una bufanda, su pelo, aun mojado, era precioso, al igual que ella y sus curvas. Ella se dio cuenta de que la miraba y sonrió, y si, su sonrisa también era perfecta, en sus mejillas aparecían unos pequeños hoyuelos cada vez que sonreía, sus ojos se iluminaban y brillaban por si solos. Era una chica especial.

Después de un rato bajamos por las escaleras, ella decía que después de los churros necesitábamos bajar las escaleras para perder calorías, eran bastantes, y muy agotadoras pero, tras apostarnos que el último pagaría la comida se convirtió en una guerra.

- vamos tardona, te estoy ganando - grite desde el piso de abajo riendo, yo iba corriendo, ella se limitaba a andar mientras veía una cosa en su móvil, seguro que seria del subnormal de Raúl

- tranquilo, al final ganaré yo - y tras risas empezó a correr y me supero, pero yo fui mas rápido y la adelante. Ella cayó al suelo - joder, joder, que daño, mi tobillo otra vez.

- ¿qué te paso?- fui corriendo hacia ella y me agache a su lado - ¿eres un poco patosa tu no? - me reí y ella con cara de odio me dio un golpe en el hombro, me levante , e hice un pequeño quejido como si me hubiera dolido: que buen actor era.

- calla y ayuda a levantarme - estiro su brazo como señal de que le diera la mano para levantarla, y así lo hice, pero esa "estúpida cría" tiro de mí y me echo contra el suelo, comenzó a reírse y salió corriendo. Después de una pequeña carcajada me levante y corrí escaleras abajo, cuando llegue Rebecca estaba apoyada en la puerta principal con una gran sonrisa.

- ¿hay un McDonald’s  en el centro?- dijo con ironía 

- No vale, hiciste trampa- abrí la puerta y ella paso por delante mía, le puse un brazo sobre sus hombros y la dirigí hacia mi precioso coche, un descapotable rojo regalo de mis padres cuando me saque el permiso de conducir, ella abrió los ojos de par en par y abrió su boca, yo la cerré con la mano- que no se te caiga la baba por esta preciosidad, no quiero que la manches.

- qué raro que no haya nadie por las calles a estas horas - dijo ella dando una vuelta sobre si misma

- muchos seguirán en casa de Bianca de resacón y otros estarán en sus habitaciones durmiendo hasta esta noche, asique, no encontraremos a mucha gente por aquí.

Abrí la puerta del coche para que pudiera entrar y sentarse, luego la volví a cerrar y entre por la otra puerta. Nada más arrancar el coche subí la capota para así que ninguno de los dos cayera enfermo, puse un CD en marcha, y ella sonrió diciéndome que este grupo le encantaba, tenia buen gusto. Y así, entre sonrisas y nerviosismo nos adentramos en la autovía camino al centro comercial. Hora y media de camino, entre tráfico y entre lo lejos que estaba... Pero el trayecto se hizo corto, ella estaba a mi lado, observando por la ventana tras sus gafas de sol, canturreando alguna que otra canción y yo, me limitaba a conducir observando su perfecto rostro en cuanto tenía la oportunidad. No me gusta esta situación, joder ¿qué me pasa?

Infinity Forever.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora