Capítulo 4

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Logramos encontrar parientes del pequeño que Cero rescató, afortunadamente estaba ileso. Sin embargo, no podemos asegurar lo mismo para sus padres.

No teníamos a donde ir, no lograba recuperarme del impacto que habia recibido hace unas horas, mi mente seguía sumergida en dudas, a pesar de eso, no me separé en ningún instante de Cero.

-Conozco un lugar donde podemos pasar la noche a salvo. - dijo Cero.

-... - No dije ni una sola palabra en todo el camino.

Llegamos a una especie de burdel. ¿Donde demonios me ha traído este chico?

-Es peligroso andar de noche por el pueblo, debido a que no hay luz eléctrica, los ladrones y asesinos aprovechan esto para hacer lo que se les dé la gana. Iremos a hablar con la jefa del local, pasé lo que pasé no te atrevas a mencionar que eres policía. Deshaste de la placa pero conserva el arma.

Ingresamos al local, habían muchas chicas semi desnudas llamandonos con sus voces, manos y miradas. Una de ellas se acercó a Cero, que seguía utilizando la capucha.

-Cubrirse el rostro ante una dama es muy grosero, quitate eso y yo me encargaré de el resto de tu ropa. - habló la mujer, mientras sonreía de manera provocativa.

-Vengo en busca de Madame Pink. Informale que traigo información para ella. - Decía Cero mientras se descubría el rostro lentamente.

La mujer quedo estupefácta por unos instantes, la sonrisa pícara había desaparecido.

-Espera aquí. -le dijo mientras se iba la última habitación.

Pasaron unos instantes, fue entonces cuando la mujer salió de la habitación y nos invito a pasar.

Me detuvieron en antes de llegar a la puerta, pero Cero les dijo que venía con él y que también estaba involucrado.

En la habitación se encontraba un señora de aproximadamente 50 a 60 años vestida de manera extravagante y rosa.

-¡Tú! pequeño miserable, lograste liberarte ¿no es así? Lastima que el resto no corrió la misma suerte. - Le dijó la señora con voz ... ¿masculina? masculina forzándola a ser femenina.- Veo que te costó algo hacerlo. -lo decía mientras miraba la herida del brazo de Cero.

-Es un... un.. tra... - lo dije susurrando.

-Una dama - me corrigió Cero.

-Veo que tus módales han mejorado, ya no eres el mocoso mugriento que recogí de las calles. - dijo el tra... la señora - además veo que traes un amigo muy guapo.

-He venido para que nos ofrezca asilo. A cambio de eso él la ayudará con las cosas de la tienda y yo le proporcionaré la información que necesite. ¿De eso vive cierto? No tiene todos esos lujos solo por administrar un humilde burdel.

Ella es vendedora de información.

-Eres muy bueno negociando como siempre. Desde que te metieron preso tu cara no puede andar por las calles fácilmente, te ganaste muchos enemigos aquí. Y me parece sospechozo que hayas escapado con alguien más, normalmente tu lo hubieses deshechado a la mitad del camino. 

-El me ayudará a pagarle por lo que nos ofrezca, aún tiene valor para mi. - respondió Cero.

-Lamentablemente todos mis locales están ocupados, llegaron nuevas chicas, así que aquí no hay cuartos que les pueda ofrecer. Sin embargo, el segundo piso cuenta sólo con uno y esta en remodelación.

-Tomaremos ese. 

-Esta bien.

-Mañana los espero a ambos a primera hora. Espero poder llevarme bien contigo encanto. - lo decía mientras me guiñaba el ojo.

El cuarto que nos ofreció Madame Pink era un desastre, Cero se veía totalmente incomodo por ese aspecto, pero yo lo estaba por el echo de que solo había una cama matrimonial. Después de todo era una habitación de prostíbulo.

Dejé que Cero descansara en la cama, mientras que yo fuí en busca de un botiquín de primeros auxílios para curarle la herida a Cero.

La mujer que nos recibió al inicio notó mi presencia.

-¿Buscas algo guapo? - lo decía con voz seductora.

-Sí, eh... sólo busco algunos materiales...

-¿Es para curarle la herida a ese tipo?

-Si...

-Te los daré con gusto. A cambio de que me regales un beso muy profundo. Tienes un cuerpo muy atlético, me encantan los de tu tipo, son muy buenos en la cama. - lo decía mientras sonreía de manera erótica.

-Sara, no tienes permitido lanzarte a chicos si es que no pagan antes. A parte Madame Pink le echo el ojo antes que tú. - lo decía otra chica mientras llevaba una caja. - Aquí tienes. - me entregó la caja de primeros auxilios.- Madame me pidió que te lo entregara.

- Muchas gracias.

Volví a la habitación y Cero se encontraba dormido. En la escuela militar me enseñaron primeros aúxilios, puedo extraer la bala y tratar la herida sin ningún problema.

Le quité la bala y curé la herida exitosamente. Pero, algo me decía que no podía quedarme ahí. Le debo algo a este chico. Ya no soy un agente, ni trabajo para el gobierno. Ahora soy un simple exiliado como él.

Aproveché el equipo médico y procedí a quitarle el chip que le habián puesto en la muñeca con mucho cuidado. Cero se encontraba dormido profundamente. Después de terminar con Cero, destruí el chip y el reloj, pero no podía deshacerme de mi placa. Era parte de lo que alguna vez fui. No podía botar algo por el cual había luchado tanto, había entregado mi vida, donde perdí la confianza de mi familia y a una persona importante...

-Ethan...

Escucho su voz, ¿de nuevo volveré a soñar con eso?

-Ethan... escuchame, no puedes abandonar a tu familia, ellos se preocupan por ti.

-No es cierto, lo único que les interesa es su maldito status, tengo 16 años puedo andar por mi cuenta, quiero largarme de ahí cuanto antes. 

-Tal vez si hablas con ellos puedan entenderte...

-¿Entenderme? "Serás un médico como tu padre, no te rebajarás al nivel de un simple policía". ¿Te parece como si lo inentaran? Me iré de casa, trabajaré y viviré solo. 

-Esta bien... dejaré que pases la noche en mi casa hoy. Solo por hoy ¿entendido?.

-Gracias Kim.

...

-¡¿Que haces aquí?! ¡¿Eso era lo que querías?! ¡Estas en un bar de mala muerte, bebiendo a pesar de que sigues siendo menor de edad! ¡¿Cómo piensas hacer que la gente respete la ley si tu mismo no las respetas?!

-¡Cállate! ¡Tú no deberías estar aquí! ¡Este no es un lugar para tí Kim, vuelve a tu casa!

-Me preocupas Ethan, por favor, volvamos juntos. ¿Volvamos juntos, si? Te dejaré dormir en mi casa otra vez. Así que vámonos. - Kim me abrazó fuertemente, a pesar de que apestaba a tabaco y alcohol - estaré aquí, no lucharás solo.

Se escuchaban disparos y gritos en la habitación. Cuando volví a abrir los ojos, la espalda de Kim se encontraba ensangrentada, y escuchaba como su respiración se apagaba lentamente, después de un rato, sus secos labios solo llegaron a pronunciar las siguentes palabras:

-Perdóname, Ethan...

-¿Kim? ¡Kim!

Me levanté de golpe, estaba sudando frío. Cuando voltée a ver, Cero ya se había levantado de la cama y el desastre de ayer, se volvió moderadamente ordenado.

-Buenos días, Madame nos espera abajo - dijo Cero mientras se levantaba de la silla. 

Dejé mis sueños a un lado, ahora esta es mi nueva realidad que tengo que enfrentar ... decidí hacer siempre lo correcto y lo haré hasta el último día de mi vida.





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