Capitulo II. Parte II.

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No hablamos mientras caminábamos por el estacionamiento. La forma en que Baekhyun se aferró a la correa de su mochila con ambas manos y caminaba un paso detrás de mí, me hizo pensar que estaba considerando salir corriendo, y no quería arriesgarme a asustarlo. Cuando llegamos a mi auto, caminé primero hacia la puerta del lado del pasajero.

—Que caballeroso. —dijo sarcásticamente.

—¿Huh?, Oh. No, necesito despejar el asiento. No estoy acostumbrado a tener gente en mi auto.

Arroje mi basura en el asiento trasero de mi viejo Civic y luego me aparté de su camino. Me subí al asiento del conductor y encendí el motor. Baekhyun se abrochó el cinturón de seguridad y entonces se estremeció violentamente.

—Debería calentarse en un minuto. —avisé.

Él levantó las piernas, apoyó los talones en el borde del asiento y luego se quitó los calcetines.

Me quedé mirando sus pies descalzos mientras flexionaba los dedos, y una extraña sensación se disparó a través de mi cuerpo. —¿Q-qué estás haciendo?.

—Mis calcetines están mojados. —comentó con naturalidad. —¿Por qué? ¿Tienes algo en contra de los pies?.

—¿Huh?. —tragué saliva y volví a mirar sus pies. Mis entrañas se revolvieron, y sentí como mi piel también empezaba a erizarse. De repente me alegré de haber decidido dejarme el abrigo puesto cuando tiré el resto de mis cosas en el asiento trasero.

—Puedo ponérmelos de nuevo, —dijo. —si es que te molesta.

—N-n-no. —hice un gesto hacia el suelo. —Puedes meterlas bajo la rejilla de ventilación para que se sequen.

Baekhyun me sonrió, y resistí la tentación de tirar más abajo de mi abrigo. Sabía que mi excitación no era visible. Mientras no hiciera nada para llamar la atención, estaría bien.

Cuando nos acercamos al primer semáforo, Baekhyun me dio instrucciones para llegar a su casa.

—Es un largo paseo, —le dije. —¿Caminas esto todos los días?.

Sacudió la cabeza. —No, por lo general mi amiga me lleva en su auto, pero ella no puede quedarse hasta tarde los martes.

—Eso apesta. —dije, y luego me eché a reír. —Amigo, realmente te debe gustarte tejer.

—¿Y a ti qué te importa?.

Mis ojos estaban en la carretera, pero podía escuchar la tensión en su voz.

—Nada. —murmuré. —Es genial. Solo... la gente no te acosaría tanto si fueras más discreto, ¿sabes?.

—No voy a dejar que los bravucones me impidan ser yo mismo o hacer las cosas que me gustan.

Para un chico tan pequeño, él era mucho más fuerte que yo.

—Sí, tienes razón, —admití. —No me escuches. —después de unos momentos de silencio, agregué: —Oye, mi mamá trabaja en Craft Magnet. No sé si compras allí tus... cosas para tejer.

La voz de Baekhyun se suavizó. —Sí, me gusta ese lugar.

A medida que bajaba la velocidad hasta detenernos, lo miré. —La próxima vez que vayas, pregunta por Youngmi. Si le dices que me conoces, ella podría darte un descuento.

Él sonrió, y me resultó difícil apartar la mirada. Cuando levantó los pies para sentarse al estilo indio en su asiento, miré sus dedos. Apoyé la mano en la palanca de cambio, a pocos centímetros de la parte inferior de su pie descalzo. Una imagen de mi pasando los dedos por la planta de su pie atravesó mi mente. La piel de esa zona se veía suave, y me pregunté si era cosquilloso.

Sock it to me, Santa! // Chanbaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora