Capítulo 1

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-Necesito de tu cooperación Hwiyoung, por favor no te pongas difícil.

-¡Padre estoy cansado de esto, no quiero hacerlo más!

-¡Yo tampoco quiero que visites a los diablillos del infierno y menos que lleves a tus hermanos, pero aun así lo haces! Además ¿Debo recordarte que ese es tú trabajo?

-¡Claro, Trabajo! ¿Somos acaso simples ángeles guardianes como los demás?

-No eres un simple guardian, eres mi hijo, un hijo que dejó de ser obediente por culpa de esos diablillos.

-¡No es verdad! Ellos solo hacen nuestra vida menos aburrida.

-¿Escuchando historias falsas de los humanos? ¿Así te diviertes?

-¿Porqué son falsas?

-¡Porque los humanos son malos! Ya deberías saberlo.

-¡¿Como voy a saberlo?! Si jamás nos dejas saber de e...

-¡BASTA! Se término, has tu trabajo y deja de ser rebelde. ¿Porqué no puedes ser igual de obediente como Chani? Ya tengo suficientes problemas con Jaeyoon.

Y ahí estaba de nevo...
Estaba tan cansado de escucharlos pelear.
¿Tenía que ser así todos los días? Honestamente se estaba volviendo tedioso, sobre todo que lo compara conmigo.
No, no estaba siendo un chismoso lo juro, es solo que sus gritos seguro fueron escuchados hasta el infierno.
Me dirigí al cuarto de observación pero dude si debía entrar cuando escuche los sollozos de mi hermano.
Me arme de valor y abrí la puerta.
-¿Hwiyoung, estás bien?

-¡¿Qué haces aquí?! ¡Vete!
Trató de ocultar su cara llena de lágrimas, pero yo ya lo había visto.
-Hyung, vamos a comer pollo.
Una sonrisa acuosa se asomo por la comisura de su boca, inmediatamente me sentí menos culpable.
-¿De nuevo? Comiste pollo el almuerzo.
Me encogí de hombros.
-Siempre es un buen momento para comer pollo.

-Tienes razón, pero debo quedarme aquí a cuidar de los humanos.
Dijo con aburrimiento, dando más de 2 bostezos en cada palabra.
Me compadecí de él, sabía que debía ser tedioso cuidar de los humanos sin siquiera poder escucharlos o entenderlos, para después solo enviar a los guardianes a resguardar a los humanos que necesitarán protección.
-Hyung ve a descansar yo te ayudaré.

-¿De verdad?
Su cara resplandeciente de esperanza casi me hace reir.
-Sí, sí, ve a dormir, pero promete que en cuanto termine aquí me llevarás a comer pollo.

-Promesa.
Junto su dedo meñique con el mío y después salio por la puerta dando saltitos.
Bien, ¿ahora que hago?
No debe ser tan difícil ¿cierto?
Ingrese una dirección al azar en el teclado e inmediatamente en la gran pantalla apareció el interior de un gran departamento, pero estaba tan limpio y pulcro que parecía deshabitado, no había nadie ahí.
Escribí una nueva dirección e inmediatamente se proyecto la imagen de una casa pequeña y sucia, había una pequeña niña sentada sobre un viejo sofá, cobijada con una pequeña frazada, que seguro no era nada cálida.
La pobre tosía y temblaba, ahí viendola ponerse cada vez más débil y palida esperé por alguien que fuese a cuidarla, pero parecía estar sola.
Inmediatamente llame a un guardián y le indique que tuviera extremo cuidado con la pequeña.
Y así paso rápidamente el día, era triste ver gente enferma que estaba sola.
Algunos​ morían de soledad​ frente a sus ventanas, esperando un amor que jamás llego.
Algunos otros se hacían daño sólo porqué si.
Ahora entendía porque Padre decía que los humanos eran malvados.
Estaba por levantarme e ir a buscar a Hwiyoung y a Jae para ir a comer, cuando se encendió una pequeña luz y una alarma sonó en la parte inferior de la pantalla.
-¡Oh mi Padre! ¿Qué hice mal?
No sabía que hacer, pero trate lo más que pude para no entrar en pánico.
Después de unos segundos de modo automático, apareció en la gran pantalla la imagen del gran departamento solitario y pulcro de más temprano.
Un hombre muy alto apareció en la pantalla, pero no fue altura lo que me sorprendió, ni siquiera la sangre que escurría de su labio al haberse cortado con el empaque de un chicle.
Por que ¿Quién en el mundo se corta con el empaque de un chicle?
Si no más bien fue por la luz que salia de su pecho, yo jamás había visto la luz de ningún humano pero según Padre todos los humanos tenían una, me explico que  algunos apenas tenían una chispa o algunos otros no tenían luz alguna, pero ese humano en cambio poseía una luz enorme y tan brillante que me cegaba.
Lo miré como bobo, hasta que una voz me saco de mi ensueño.

Yo Soy Tu Ángel. •Rochan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora