Mi madre solía contarme historias de la tierra antes de la catástrofe, ella decía que antes los hombres tenían el derecho de percibir el mundo desde sus propios ojos, todos tenían los sentidos humanos sin ningún retoque o más bien sin ninguna restricción.
Genetova es ahora el nombre adoptado por la nueva sociedad que habita el lugar que alguna vez se llamo Tierra. Una sociedad creada por la tecnología más avanzada y es utilizada para cegar a los humanos. No hay más ojos, no hay colores, nadie sabe la realidad, todos viven por y para la tecnología pensando que el mundo donde viven es maravilloso. En Genetova cuando los bebés nacen inmediatamente se les implanta con luz la imaginación, al igual que la forma de ver el mundo, sus ojos son sustituidos por luces azules y así el mundo puede seguir su curso, claro que las personas no saben esto, no saben que su imaginación es implantada que todo lo que piensan y ven es una pantalla virtual.
Mi madre y yo vivíamos en una pequeña cabaña fuera de las fronteras de Raím, el día que yo nací mi madre Aris se escondió en el sótano y ahí nací entre cosas olvidadas,humedad y muchos libros. Fue hasta 5 años después que yo pude salir del sótano y comenzar a vivir en la cabaña, pero nunca salir al mundo exterior.
Comíamos de lo que mi madre encontraba cerca de la cabaña, el único sabor que conocía era el del bosque, las bayas y algunas plantas que podíamos comer sin peligro a la radiación, lo que más nos contaminaba era el agua de lluvia pero no podíamos vivir sin ella. Mi madre siempre me cuidó, fui criado como humano de años pasados y aprendí a leer, escribir, pensar e imaginar por mi mismo, el privilegio o la maldición según como lo piense.
El territorio de Genetova abarcaba solo el 35% del planeta, el otro 65% estaba bajo radiación. La raza humana estaba por debajo de los cincuenta millones pero la raza robótica alcanzaba los 20 mil millones de elementos así que estábamos en una constante caza, era claro que si nos encontraban en la cabaña matarían a mi madre y probablemente me estudiarían y después me matarían también. Mis ojos y mentalidad eran un peligro para la sociedad de Genetova según las reglas de la tecnología.
Mi madre fue la primera generación de Genetova, sus padres adquirieron la luz azul antes de que ella naciera y cuando ella nació le implantaron la luz azul, mi abuela murió por complicaciones en el parto y mi abuelo se quedó con mi mamá. Tres años después la luz azul dejó de funcionar en los ojos de mi abuelo y ahí fue cuando él se percató del horror, él se dedicó a buscar una forma de quitarle a mi madre la luz azul, nunca lo consiguió...Hasta que a los 6 años el cuerpo de mi madre rechazó la luz azul y mi abuelo se dio cuenta que al parecer en mi familia corre un gen que rechaza el implante. Cuando mi madre tenía 18 años mi abuelo enfermó, sus ojos se volvieron rojos como si el implante le hubiera generado algún tipo de enfermedad, antes de morir mi abuelo le dijo a mi madre que tenía que buscar ayuda para que ella no cayera enferma en unos años, así fue como mi madre comenzó la búsqueda por Genetova, escondiéndose de los robots y en su búsqueda conoció a mi padre. Él también tenía ojos normales y quería salvar al mundo, una historia romántica entre todo el caos pero lamentablemente sus ideas revolucionarias de mis padres causaron que una noche cuando decidieron entrar al gobierno robótico los descubrieron y asesinaron a mi padre... mi madre tuvo que correr y esconderse para vivir.
Regresó a la cabaña de mi abuelo y 7 meses después yo nací.
ESTÁS LEYENDO
Los ojos de Aisha
RandomGenetova, la tierra donde los ojos están prohibidos, la tecnología ha cegado con luz azul a los humanos. ¿Te atreves a mirar?