El mundo exterior

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Era mi momento, la primera vez que vería el mundo exterior, el cielo y el bosque. Todo lo que alguna vez imaginé se haría realidad. Mi madre decidió darme el mejor regalo de cumpleaños 14 y debo admitir que entiendo porqué esperó tanto tiempo para esto. 

Era el tercer día de luna llena del mes de Mayo, hacía frio y mi mamá después de decirme por décima vez que solo estaríamos fuera unos minutos y que tendría que esconderme detrás del árbol frente a la cabaña, llegó el momento de abrir la puerta.

Mi mirada recorrió desde la tierra bajo mis pies, los arbustos cercanos a mí, los árboles embellecidos con luz de luna y el viento cabalgaba entre sus hojas, después vi al gigante redondo y luminoso que se extendía fiel sobre la noche. La luna, la primera vez que la vi. 

Me escondí detrás del árbol y toqué la madera del tronco, me agaché y tomé un poco de tierra. Esto definitivamente era mucho mejor que todas las historias fantásticas que leí en los libros, esto era REAL. 

Abracé a mi madre, y ahí fue cuando vimos a un zenturion, una máquina diseñada para atrapar animales salvajes. Se movía entre los arboles rápidamente con su luz azul escaneando toda la zona. Vi la cara de mi madre horrorizada. 

-Aisha, agáchate...shh

Mi corazón nunca había latido tan rápido, sentía como si la sangre corriera dentro de mi cuerpo y mis ojos se nublaron, nunca había sentido el miedo. 

-Ve a la cabaña Aisha, gateando. 

-No quiero dejarte aquí mamá

-Haz lo que te digo y no mires atrás

En cuanto me dirigí a la cabaña gateando, mi mamá corrió desviando al zenturion de la dirección de la cabaña. Cerré la puerta y supe que tenía que poner en práctica el plan, ese plan que mi madre y yo repasábamos todas las noches. 

Apagué la vela improvisada de cumpleaños, así como el fuego que teníamos para calentarnos y me escondí. No pude dormir pensando en mi mamá y lo que pudo haberle pasado, no podía dejar que se la llevara el zenturion pero ella siempre me imploró que en una situación así, nunca la fuera a buscar... 

Llegó la mañana y me decidí, tenía que ir a buscar a mi mamá.



Los ojos de AishaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora