Un Amor Qué Trasiende Barreras

Capítulo 16

Papeles de cada participante.

Adrien: príncipe Endimion.

Marinette: princesa Selene.

Kim: príncipe Apolo.

Max: Andru.

Axel: Nino

Chloe : Lucrecia

Alya: Astrid

Natanael: príncipe Erick

Sabrina: narradora.

Rose, Juleika, Ivan Milien. Extras en el salón de baile.

El reino del amanecer

Había una vez, una gentil pareja que esperaba con alegría el nacimiento de su segundo decendiente.

Ellos eran reyes de un lugar muy hermoso y lleno de alergia, llamado el reino del sol.

Los reyes ya tenían un hijo de 3 años, su nombre era Apolo, se dice que ellos habían escogido aquel nombre para su hijo por el lugar en donde nació,  ya que el día de su nacimiento el sol alumbró más aquel cuarto donde se estaba dando el parto y brillaba con tal belleza que se podría decir que el Dios Apolo estaba contento por el nacimiento de aquel niño.

Luego de unos meses nació una pequeña niña, de cabello azabache como la noche más hermosa y de unos brillantes ojos azules tan resplandecientes como los zafiros.

A esa pequeña le llamaron Selene  ya que la luna brillaba hermosa y magestuosamente la noche del nacimiento de aquella pequeña niña, como si la diosa Selene se alegrará del nacimiento de tal criatura.

Los años pasaron y los dos hermanos crecieron, la pareja de Reyes se sentían orgullosos de sus hijos. Apolo sería un rey fuerte y valiente, capaz de defender el reino y a su hermana, mientras que Selene era una joven sensata y muy segura de si misma. Los príncipes de otros reinos la cortejarian y ella eligirian sabiamente por el bienestar de su país.

Pero no todo era alegría en el reino del sol, un día la desgracia llegó; en una pelea contra un reino muy lejano el rey falleció, dejando muy deprimida a la reina Anya la cual tiempo después falleció a causa de la tristeza.

Los jovenes príncipes iniciaron su labor para mantener el reino. El ahora nuevo rey Apolo defendía las filas de soldados cuando había que marchar a batalla. Eran mucho los soldados que habían caído por sus manos y eso le hacia sentir mal. El sentía que el reino debía de ser gobernado por unas manos limpias y puras, por un corazón valiente y de mentalidad sensata. Así que decidió entregar el reino completo a manos de su hermana menor, la princesa Selene.
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La pureza de la princesa será la que mantenga el reino en paz y yo prometo cuidarla hasta mi ultimo aliento; permita su majestad permanecer a su lado, dejó de lado mi apellido y en sus manos el reino, se que mi bella hermana gobernará con justicia y pasión y yo solo seré para mi reina un simple peón.

Por favor hermano mío -reía con ternura- jamás dejaré de considerarte mi hermano, tu eres todo lo que yo tengo, no podria dejar de verte con amor, mi querido hermano, te adoro y jamas podría despreciar tu cuidados.

Mi señor, mi señora!!!

¿Que ocurre mi buen amigo, acaso algo malo está pasando?

El joven solo asintió y se permitió hablar con los dos jóvenes príncipes - mis jóvenes príncipes -dijo Andru, observaba a los dos con cara de preocupación- sirvientes del reino de  la luna llegan hacia vosotros y piden ser recibidos por sus majestades. Ambos jóvenes se observan y asienten al mismo tiempo, Andru comprendio que debía dejarlos pasar al salón donde podrían hablar con la princesa y claro el estaría presente en toda la conversacion.
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