Perlas.

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Llega un momento, en el que la realidad se dispersa, en el que de repente no sabes muy bien lo que había antes del golpe.
Es como un puñetazo en la tripa, que te deja sin aire y con la única preocupación de coger más para seguir, por lo menos, respirando.
O como un collar de perlas, del cual cortas el nudo, y obsevas como las perlas en cuestión salen disparadas y ruedan y rebotan hacia lugares oscuros dónde nunca podrán encontrarse.

Animal NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora