Fix You

1

"¿Te puedes creer que me acabé una botella de tequila en un fin de semana? Dios, hermano, tendrías qué haberme visto."

Louis rodó los ojos mientras le recibía un expediente a una de las enfermeras.

"Creo que como tu jefe no debería saber eso, así que voy a ignorarlo."

Kennan rió siguiendo los pasos apresurados de su amigo.

"¿Te tomaste los supresores?"

Louis abrió los ojos como platos y golpeó a Kennan con manotazos.

"¿Qué parte de que aquí soy tu jefe no entendiste, imbécil?" Susurro - gritó.

Kennan volvió a reír.

"Buenos días, señor Hudson, el doctor Vanderwall va a revisar sus signos vitales y corroborar que todo esté bien para que pueda irse a casa."

El hombre de sesenta años sonrió y apretó la mano de su esposa, quien se levantó y tomó una pequeña canasta con fruta.
Louis se tensó cuando la señora se abalanzó a él. Con movimientos nerviosos envolvió uno de sus brazos alrededor de ella.

"No tiene idea de cuanto le agradezco todo lo que ha hecho por mi esposo. Si no fuera por usted, no estaríamos arreglando sus cosas para regresar a casa, sino que lo arreglaríamos a él para enterrarlo." La mujer rió junto con su esposo y Louis recibió la canasta frutal que le tendía la anciana.

"No hay nada qué agradecer, señora Hudson, es nuestro trabajo hacer todo por los pacientes." Cuando Kennan regresó a su lado y le sonrió, Louis asintió y volvió a mirar al matrimonio. "Bien, señor y señora, solo necesito que firmen unos papeles y podrán irse a disfrutar sus fiestas a casa."

Con una ultima sonrisa, Louis y Kennan salieron de la habitación.

(...)

"¡Que tengas buenas fiestas, Louis!"

Louis despidió con la mano a Kennan cuando lo vio salir del hospital de la mano de Sonia, una de las internas en cirugía.

De repente, interrumpiendo toda tranquilidad, un estruendo en el cielo se escuchó y el cielo comenzó a dejar caer cientos de gotas de lluvia.
Louis suspiró y rodó los ojos mientras se levantaba de la banca.

Cuando estuvo dentro del hospital, solo habían unas cuantas enfermeras en urgencias, ningún paciente en la sala.

"Creí que te tomarías este día."

"No se puede dejar el hospital sin personal."

El doctor Santos suspiró mientras se sentaba a un lado de él en la sala de espera y recargaba sus codos en las rodillas. Louis recargó su cabeza en su hombro derecho y suspiró.

"Tu madre va a matarme si sabe que no hice hasta lo imposible por obligarte a ir a casa." Volvió a suspirar mientras le sonreía a Louis. "Sin embargo sé que te gusta estar aquí y que si te obligo a ir con todas esas personas invadiendo tu casa, vas a odiarme."

"Gracias por entender, Mike."

Louis le dio una ultima sonrisa antes de levantarse y caminar hasta el elevador.

Eran las doce de la noche. Sólo hay cinco internos y dos residentes. No le habla a nadie que no sean Santos o Kennan, a veces habla con las enfermeras y muy rara vez habla de otra cosa que no sea medicina con sus internos.

Louis nunca fue muy social. Era una de las desventajas de haber sido el mejor de su clase. No desarrolló esa habilidad de socializar con todo mundo cuando estuvo en la universidad. De hecho, sus amigos eran los profesores.