El Escuadrón

Uno más.

—Hay que niña mas kakai.— Dijo Newt.

—¿Kakai?— Pregunte confundida

—Así dice kawaii.— Me aclaró Nicolás.

—Debí imaginarlo.

La niña lentamente empezó a abrir sus ojos.

—¿Qué? ¿D-Donde estoy?

—En un tanque.

—Tengo hambre.

—  Osea ni si quiera preguntas por tu salud pero si dices que tienes hambre.— Dije con cara de "WTF"

La niña rió.

—Bien...—abrí mi mochila y saque un sándwich—Toma...

—Gracias.

—A todo esto...¿Cómo te llamas?— Preguntó Newt.

—Amara...

—Que bonito nombre.— Dije sonriendo.

—Ya hemos llegado.— Dijo Nicolás.

Dejo el tanque y todos salimos, como la primera vez cargue a Amara de manera en que enrollaba sus piernas en mi cintura.

—Bien Nicolás te la encargo, no la dejes sola por nada del mundo.— Le advertí.

—Sí, sí.

Le pase a Amara a Nicolás y me fui.

Comencé a caminar por un sentido contrario al de todos los demás, trepe un árbol y brincaba a otro. De repente resbale y caí sobre alguien. Ese alguien tenía sus manos en mi cintura.

—Newt quita tus manos de mi cintura.

—No.

Le metí un golpe en la cabeza lo que hizo que me soltara y yo me pudiera levantar.

—Ya que nos encontramos vayamos juntos.

—Pues ya que.— Dije molesta.
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Ya llevábamos rato caminando, bueno mas bien Newt porque lo obligue a que me hiciera caballito.

— Pesas mucho.

—Camina caballo.

Le solté un golpe en el costado, el rió y siguió caminando.

Me bajé de la espalda de Newt por que creí escuchar un ruido. No podía dejar de pensar en que me le declare.

—Estuve pensando en lo que me dijiste.

—Te he dicho muchas cosas.

—Sobre que te gusto...

Abrí los ojos como plato y me detuve.

—Oh por dios mira por allá,  un zombie de 4 cabezas.— Dije tratando de distraerlo.

—¿Qué?  ¡¿Dónde?!

Cuando se volteó yo lo empuje haciendo que se cayera en un hormiguero. Me eché a correr.

—Mi culito.

Corrí y corrí hasta que caí en una trampa de árbol quedando de cabeza, 5 minutos después apareció Newt sobandose el culo de las picaduras de hormigas.

—Dulce venganza.—Dijo Newt riendo.

—Sí, sí, que risa, ahora bajame de aquí.

—Te dejaré sufrir un rato.

—Te recuerdo que me puse una falda en la isla de las muñecas.

— 1 traes short debajo y 2 nadie te mandó.