Capítulo 4

25 3 14
                                    

Al final, la nana de John no celebró una fiesta. Dijo que prefería  ver bien a John.

-Creo que debería volver a casa-dijo Beatrice.

-¡No!-la detuvo John. Beatrice le miró confusa.

-Voy a devolver el botiquín-dijo la nana.

En cuanto se fue, Beatrice se sentó al lado de John y le preguntó:

-¿Por qué no quieres que me vaya?

-¿Y si siguen ahí?-le preguntó él como respuesta.

-Aw, ¿te preocupas por mí?-le dijo divertida.-Estar en casa de tu nana te cambia.

-Calla. Además, eso es lo que hacen los amigos, ¿no?

-Así que Bryan tenía razón. Está bien, intentaré ser más amable-dijo ella sonriendo.

-¿Gracias?-preguntó John riendo.

Los dos siguieron bromeando cuando la nana de John entró.

-Beatrice, cariño, ¿te apetece quedarte a cenar?

-Bueno, primero tendría que llamar a mi tía.

-No hay problema, llámala.

Beatrice salió de la habitación para poder hablar con su tía con tranquilidad.

-¿Tía Adele?

-¡Beatrice, tesoro!¿Qué tal todo por ahí?-preguntó su tía.

-Bien, em... Tía, ¿puedo quedarme a cenar? Es que está muy oscuro y John no quiere que me vaya sola.

-Aw, que monada. Está bien. Puedes quedarte a dormir.

-¿Qué?¿Tía Adele?

Pero su tía había colgado. Suspiró y volvió al salón con John y su nana.

-¿Qué ha dicho?-dijo él.

-Que me quedo a dormir. Pensará que me he hecho una amiga.

-¡Genial!¡Te prestaré un pijama de mi nieta!-dijo nana subiendo las escaleras.

Se hizo un silencio incómodo, hasta que John lo rompió:

-Ven aquí a medianoche.

-¿Qué?-preguntó ella confusa.

-Lo has entendido perfectamente, no pienso repetirlo. Siéntate en la mesa, la cena ya está hecha.

-¿Y tu nana?-dijo ella sentándose.

-Ahora bajará, te estará preparando la mejor habitación que tiene-contestó él poniendo un plato de lasagna delante de ella.

Cenaron y se fueron a dormir, pero bajaron a medianoche, tal y como quedaron. John le hizo una seña para que estuviera en silencio y salieron de la casa.

-¿Dónde vamos, John?-preguntó Beatrice curiosa.

-A un lugar que iba de de pequeño, no está lejos.

Tardaron quince minutos para llegar. Era un cementerio.

-¿U-Un cementerio?-dijo Beatrice.

-Sí, no te asustes. Era un bicho raro. Venía aquí cuando quería estar solo, además...

Se acercó a una lápida. Ponía:

"Marilyn Roberts,

Amada esposa y madre."

Beatrice se puso tras él y preguntó:

-¿Quién era?

-Era mi madre. Murió en mi parto, era muy joven, los dos eran jóvenes. Mi madre murió, pero mi padre pudo recuperar sus estudios, o eso creo.

¿Quién soy en realidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora