Capítulo 5

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Beatrice se sentó al lado de Ashley al llegar al colegio. Ya había conseguido la suficiente confianza como para poder ir sola al instituto.

-¿Qué haces aquí tan pronto?-le preguntó. Su amiga normalmente llegaba justa a la hora.

-Mi madre hoy no ha ido hoy a trabajar, mi hermana está "enferma" y se ha quedado a cuidarla. Esa niña lo que tiene es cuentitis. Al dato, que hacían mucho ruido y me han despertado-explicó.

-Veo que no te llevas muy bien con tu hermana-observó Beatrice.

-Pues no, es solo una niña mimada que no quiso compartir el amor de nuestros padres... ¿Hiciste los deberes de Sociales?-preguntó para cambiar de tema.

-Sí, eran fáciles.

-¿Fáciles? Tuve que buscar la mitad de la información por Internet. Nadie los ha hecho.

-B-Bueno... Tan solo debías decir los 15 caballeros más importantes de la Edad Media, no era muy difícil...

-Sí que lo era-intervino John, sentándose tras Beatrice, al lado de Bryan.

-Dejadla en paz, tal vez en su otro instituto lo estudió, ¿verdad, Bea?-le ayudó Bryan.

-La verdad es que no...

En ese momento entró su tutor, sorprendiendo a todos.

-Disculpe, señor, pero no le toca aquí-dijo Emily.

-Lo sé, solo venía deciros una cosa. Estamos programando la primera excursión de este curso. Iremos a un museo en el cual explican muchísimas cosas interesantes que os ayudarán en Historia, vais muy mal en esa asignatura, chicos. Excepto Beatrice, felicidades por tus notas-dijo el profesor guiñándole un ojo a Beatrice, quien se sonrojó.

Salió de la clase y todos empezaron a murmurar emocionados, aunque fueran a un museo, sería un día menos de clase. Todos se callaron al ver al profesor ingresar de nuevo a la clase.

-Luego hablamos sobre los compañeros.

...

Y cuando dijo "luego" se refería a su clase. Entró y lo primero que dijo fue:

-Las parejas serán de de chico y chica, es decir, nada de grupitos de amigas que puedan interrumpir al guía ni grupos de chicos que molestan. Y, además, yo he hecho las parejas, así no hay ningún coqueteo de por medio ni escapaditas. Así que, empecemos.

Iba diciendo nombres que Beatrice no conocía, por lo que no les dio mucha importancia.

-Ashley Spring y Bryan Spark. Y, por último, Beatrice Rior y John Mart. Estas son las parejas, ¿algún problema?-preguntó. Todos levantaron la mano.-¡Pues os aguantáis!

Todos resoplaron, el profesor se cruzó de brazos y se sentó en su silla. El resto de la clase se la pasaron comentando la excursión y hablando de las parejas que le habían tocado.

-Bueno, nosotros hemos tenido suerte-dijo Ashley mirando a Bryan.

-Sí, John, pórtate bien con Bea, ¿eh?-dijo él burlón.

-¿Bea?-preguntó la aludida.

-Sí, tu nombre es muy largo, ¿te molesta?-contestó el joven.

-No, me gusta-dijo ella contenta.

Miró a sus compañeros sin verlos. Eso era porque estos habían sido sustituidos por seres de color azul y la clase por un cuarto blanco. En medio, delante suyo estaba la misma mujer con la que soñó, ahora de color azul y con un vestido blanco.

-Parece que vas a pasártelo bien sin nosotros-dijo.

-Usted... ¿Qué quiere?

-Ya te lo dije. Te pedí que nos salvaras y en cambio estás aquí, sentada con tus amigos pasándotelo bien, mientras que nosotros estamos aquí, encerrados.

-¿Encerrados?

-¡Sálvanos!¡Sálvanos y te devolveremos lo que más deseas!-gritó mientras sus compañeros desaparecían.

-¿Cómo?¿Cómo lo hago?-preguntó.

-¡Investiga!¡El tiempo te lo dirá!

Y desapareció. Beatrice abrió los ojos y se encontró a sus amigos y al profesor mirándola preocupados.

-¿Estás bien?-preguntó el último.

-S-Sí... Últimamente me suceden cosas muy raras-observó.

-¿Quieres irte a casa?-dijo Bryan poniéndole una mano en su brazo en señal de apoyo.

-Eso debería preguntarlo yo...-le reprochó el profesor.

-Cállese-le chistó John.

-Un poco de respeto, señorito.

-¿Queréis dejar de pelear y centraros en Beatrice?-preguntó Ashley.

Todos miraron a Bea. Ella seguía mirando el suelo pensativa y hasta que John no le dio un golpe suave en la cabeza no los miró.

-¿Qué?-preguntó.

-¿Quieres irte a tu casa?-contestaron a la vez.

Beatrice asintió y se levantó de la silla, tambaleándose. Se dirigió a la clase de su primo para avisarle de que iría a casa sin él. Pero cuando entró, no estaba en el instituto. Estaba en el mismo paisaje de cuando se estaba bañando. Solo habían unos pocos pupitres y habían cadáveres en el suelo. Beatrice chilló asustada y se abrazó a sí misma llorando. Cerró los ojos y, cuando los abrió, su primo estaba en frente suyo con cara de preocupado y todos sus compañeros mirándola raro.

-¿Primita?

-Quiero irme a casa, Ryan...

-Vamos, luego ya hablaremos con los profes.

La cogió como una princesa y se la llevó a casa. Cuando llegaron la tumbó en su cama y la dejó dormir un poco.

...

Cuando Beatrice despertó ya era de noche y las tripas le rugían. Se dirigió a la cocina, pero se detuvo en la puerta al oír a sus tíos y primo hablar.

-Ya está empezando.

-¿Cuántas visiones ha tenido?-preguntó su tía.

-No sé, pero ya van muchas seguidas. En el colegio ya me han avisado de ello. Se desmaya muchas veces, aún está débil.

-¿Y ella tiene que salvarnos de la guerra?¡Es una niña!-exclamó tía Adele preocupada.

-Lo sé, cariño, pero así lo decidieron los sabios. Que sus padres la ayuden.

Beatrice entreabrió la puerta. Su tía acariciaba una planta mientras su marido e hijo la observaban. Entonces, la planta creció y se meneó. Tía Adele sonrió.

-¿Te ha gustado el masaje? Me alegro, mañana más-dijo.

Beatrice abrió la puerta completamente y exclamó:

-¡Sé que no estoy loca!¡Esa planta se ha movido!¡El otro día tío Arthur no estaba cambiando una bombilla!¡Y Ryan sí se metió en la bañera y me ayudó!¡¿Qué diablos pasa aquí?!

Los tres se miraron. Su tío se acercó a ella y le besó la frente.

-Cariño, creo que ha llegado el momento-dijo. La hizo sentarse en una silla.-Beatrice, tú no eres de aquí. Bueno, sí y no. Tu padre era de aquí, pero tu madre era de otro planeta.

¿Quién soy en realidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora