Me, Myself & Him (2DA TEMPORADA) - Ruggarol

Capítulo 3

- ¿Qué les dijiste? - jugaba con el lóbulo de mi oreja.
- Qué te importa Ruggero - le dije riendo.
- Está bien no me digas, sirve que continuamos con lo que dejamos pendiente - bajó a mi cuello, donde comenzó con pequeños besos.
- Ruggero... - alargué girándome hacia él - Podrían subir en cualquier momento - ambos hacían sus tareas abajo en la sala. Rodó los ojos, me soltó y se giró en la cama dándome la espalda. Reí - ¡Por qué me das la espalda! - le reclamé.
- Porque podrían subir en cualquier momento - dijo imitando mi voz.
- En primera ¡Yo no hablo así! - dije riendo - Y en segunda... - me hinqué en la cama para después sentarme sobre el poniendo mis piernas a sus costados. Una vez más se giró pero se quedó de frente al techo para poder verme -Si me detengo, es por tus hermanos - puse mis manos sobre su pecho - Claramente no es porque yo no quiera - sonrió pícaramente - Además tenemos mucho tiempo - ahora yo comencé a besar su cuello - Si quieres podemos faltar a clases mañana - susurré en su oído sensualmente
- Haz faltado tres días seguidos, te quitarán el derecho a presentar con una falta más - sus manos se posaron en mi cintura y rápidamente giró haciéndome quedar debajo de él.
- Valdrá la pena - mordí su labio inferior provocandolo.
- No, no te retrasarás - me retó.
- Está bien, está bien - le dije riendo y lo tomé de la barbilla atrayéndolo a mis labios.

Me besaba con esa forma tan única y especial que hace que todo a nuestro alrededor se desvanezca. ¿Cómo pude ser tan estúpida al creer que amaba a Lionel? ¿Cómo fue que llegué al límite de jugar con los sentimientos de alguien más? En fin ya era pasado. Había que vivir el presente. Nuestro presente.
Mis manos subieron hasta su cabello, enrollé mi índice en uno de esos marrones mechones de cabello, sin que el acompasado ritmo de nuestros labios se detuviera. Mientras que sus manos impartían suaves pero a la vez provocativas caricias en mi piel por debajo de mi blusa. Con un rastro de besos fue bajando por mi mejilla hasta mi cuello donde comenzó a succionar de éste.

- Me dejarás marca - reí y me estremecí por todas las sensaciones que producía en mi.
- ¿Y? - preguntó y regresó a su accionar - Eres toda mía - sonó tan posesivo, pero a la vez tan tierno que sentí desfallecer.
- Toda. - le confirmé e hice mi cabeza hacia atrás dándole a entender que podía hacer conmigo lo que fuera su voluntad.
- Rugge ya termi... Ups - que quede claro que yo le advertí que esto podía pasar. Ruggero se separó abrupto de mí.
- Mariana... - dijo pasando con nerviosismo su mano por su cabello.
- ¡Ew! - arrugó la nariz - Se dieron un besito en la boca - con su índice señaló hacia su boca como si se produjera vomito.
- Sí, sí - Ruggero se puso de pie - Ew - la imitó - Espero y pienses hasta los 40 de esa forma acerca de los besos - celoso - Vamos a ver tu tarea - ambos salieron de la habitación y yo simplemente no podía dejar de reír.

Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos cuando bajamos del auto. Me gustaba mucho la idea. Ahora era más que claro que estábamos juntos.
- Ay pero qué linda pareja - esa oración desbordaba sarcasmo.
- Gracias Candelaria - contesté igual y sentí como Ruggero apretaba mi mano para que solo la ignorara. Me di la media vuelta y fulminé a Ruggero con la mirada.
- Solo ignórala preciosa - pasó su brazo por mis hombros y me atrajo hacia el y besó mi mejilla.

Ruggero's POV
- Ay pero qué linda pareja - no reconocí la voz pero al ver como el rostro de Karol se transformaba, supe que era Candelaria.
- Gracias Candelaria. - contestó con furia disfrazada de cortesía. Vaya que se detestaban. Apreté un poco su mano, se volteó y seguimos caminando, claro sin escaparme de la fulminante mirada de ella.
- Solo ignórala preciosa - la abracé por los hombros y la acerqué a mí para besar su mejilla. Logré robarle una ligera sonrisa.

- La bella y la bestia, patético ¿No creen? - fue el imbécil de Lionel quien alardeó con aire de grandeza solo porque sus "amigos" estaban ahí.

Solté a Karol y me di la media vuelta para caminar hacia él, decidido a hacerlo añicos.

- ¿Tú no aprendes cierto? - lo tomé del cuello de la camisa y lo estrellé contra el casillero en el cual estaba recargado - No se metan - amenacé a los dos sujetos que se acercaron rápidamente para alejarme de su supuestamente amigo - O les irá peor - una vez más estrellé a Lionel contra el casillero, todas las miradas estaban sobre nosotros, cosa que no me importó.
- Tiene que ser broma Karol. ¿De verdad sales con éste? - carcajeó. Ella lo miraba molesta, mas no emitía palabra alguna - Qué bajo caíste - preparé mi derecha para romperle la mandíbula.
- ¿Qué está pasando aquí? - un profesor salvó a Lionel - Basta ya chicos, ahora a clases... Afuera arreglan sus problemas. - claro que lo haremos. Lionel Ferro te las estoy acumulando. Lo solté empujándolo una vez más. Y regresé hacia donde estaba Karol. Sí, donde estaba anteriormente, se había ido.

- ¿Estás enojada? - puse mis manos en su cintura mientras seguía sacando libros de su casillero.
- Sí. - cerró de un golpe el casillero - Mucho - ¿Estaba defendiendo a Lionel?
- ¿Por qué? - pregunté tenso
- Porque tu casi mueles a golpes a Lionel y a mí no me dejas decirle a Candelaria lo que se merece - me relajé un poco y reí - Solo le arranco las extensiones y ya, ¿Si? - Karol depositó un beso en mi cuello.
- No y no se habla más del tema - levantó una de sus delgadas cejas y se cruzó de brazos.
- No eres mi padre ¿Sabías? - caminó hacia el salón dejándome atrás. Negué y claramente fui tras de ella.

*

- Solo reviso unas cosas y nos vamos - le expliqué y bajamos del auto. Tenía que revisar las entregas y el corte de la tienda de discos.

Ally miraba su celular, Ian jugaba con un par de plumas simulando que tocaba una batería y George acomodaba unas cosas en el mostrador.

- Hey - dijo Ally entusiasta al verme - Hey - su tono decayó por completo cuando vio a Karol tras de mí - Volvió - rodó los ojos, Ian dejó su batería invisible y dirigió su mirada hacia Karol al igual que George.
- Gracias al cielo volviste, mira que Ruggero estaba de un humor ¡Insoportable! - ambos corrieron a abrazarla.
- Con decirte que casi nos corre a todos - resopló George.
- Lo consideraré si no se callan - ya habían hablado demasiado. Karol solo reía.
- ¿Y para qué haz vuelto? Sin duda todo era mejor antes de que te aparecieras por acá, eres patética princesita no sé cómo te atreves a dar la cara después de lo que hiciste - Karol abrió los ojos a tope. En qué demonios le afectaba Karol a Ally, además ella no tenía ni la menor idea de lo sucedido.
- Basta Allison - le dije de mala gana - No quiero tener que quitarte tu empleo - sutilmente le dije "Deja de joder a Karol o te despido".
- ¿Entonces prefieres a tu noviecita la ''Barbie operada'' que a tu vieja amiga? - George e Ian miraban sorprendidos y Karol refugiaba en su mirada enojo mezclado con tristeza. Lo sorprendente es que no decía nada - Está bien - dijo ante mi firmeza con su pregunta - Pero cuando esta te engañe, te bote o tal vez ambas, no cuentes conmigo para nada - se quitó el gafete. Los ojos de Karol estaban inundados en lágrimas de coraje y su labio estaba a punto de explotar de tanto que lo mordía tratando de contener su enojo.

Karol's POV
- Eres una basura y no te mereces a Ruggero - dicho esto salió de la tienda ¿Qué rayos le había hecho para que me catalogara de esa forma? ¿Ruggero le habría contado todo? Cerré los ojos y respiré profundamente. Ruggero se acerco a mí pero me hice a un lado. Me di la media vuelta y salí de la tienda.
- Espera - me detuve ante el llamado de Ruggero.
- Haz lo que tengas que hacer, iré a casa - besé su mejilla y levanté mi mano para detener un taxi.
- Yo te llevo.
- No - forcé una sonrisa, tratando de demostrarle que estaba bien - No te preocupes - subí al taxi y le indiqué la dirección.

Ruggero's POV
- No entiendo por qué la odia tanto - dije mientras seguía haciendo cuentas.
- Por favor Ruggero estás ciego o no lo quieres ver - dijo George dando vueltas en la silla giratoria.
- ¿Qué es tan obvio? - pregunté sin entender
- Ally está más que enamorada de ti - escupió Ian sin rodeos.

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