XLVII. <<No me llames bonita>>

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Los rayos del sol empezaron a filtrarse por la ventana. La cortina tan solo dejaba que la luz traspasara para que ambos se despertaran.

________ fue la primera en despertarse. Abrió sus ojos y se estiró, o al menos trató de hacerlo. Los brazos de Nathan la mantenían abrazada a él por lo que cualquier movimiento en falso podía causar que él se despertara y ella no sería capaz de hacer eso, no podía despertarlo y más si se veía adorable durmiendo como él solía verse cada vez que dormía.

Miró a su lado y encontró su ropa interior y la de Nathan en la mesa de noche, seguido de su teléfono y el resto de su ropa en el piso. Su rostro pasó de ser uno tranquilo a uno sorprendido con algo de vergüenza en el.

Giró para poder mirarlo. Sus rostros quedaron muy cerca y ella sonrió al encontrarlo con sus ojos cerrados todavía. Su semblante era serio pero podía percibirse que había dormido excelente o al menos, ella lo había hecho. Besó sus labios y empezó a soltarse del agarre que Nathan había formado en su cintura, al parecer, para que ella no se fuera.

Luchó por treinta segundos para zafarse pero no podía, él la tenía abrazada a él de manera que ella no pudiera separarse. Bufó por lo bajo y lo miró de nuevo. Esta vez, tenía una pequeña sonrisa y al sentir la mirada fija de la morena la abrazó más a él. Ella gimió de sorpresa ante la acción que él había realizado mientras que él seguía sonriendo.

Entonces fue ella quién imitó su acción de hace unos segundos atrás y él lanzó un gemido en forma de respuesta. Sus ojos se abrieron y la miraron sorprendida ante lo que había hecho. Ella sonrió y logró zafarse, por fin, de su agarre.

Le dio un beso en los labios por última vez y se puso su ropa interior y la camisa de Nathan para poder salir de la habitación y prepararle el desayuno.

Revisó por última vez la habitación y él seguía con los ojos cerrados, tomó su teléfono y recogió su cabello en una larga coleta para salir de la habitación.

-Perezoso- soltó divertida y cerró la puerta de la habitación para irse a la cocina.

Toda la casa se encontraba en un total silencio. No estaba acostumbrada a despertarse con silencio y sin que se escuchen las bocinas de los autos, las conversaciones de los vecinos o incluso que su propio amigo, Josh, no estuviera allí haciéndose su desayuno.

Bajó las escaleras y se encontró con Tia durmiendo en la orilla de la escaleras. Podía sentirla ronronear y sonrió al escucharla.

-Las cosas, o en su defecto, los animales se parecen a sus dueños- dijo ella al verla acostada al lado de su taza de comida. Idéntica a Nathan.

Entró a la cocina y lo primero que hizo fue revisar el refrigerador; habían muchas cosas y se encontró con lo que iba a ser la cena de la noche anterior. Los ingredientes para preparar los tacos estaban allí y recordó el por qué no los prepararon: Nathan no la dejaba salir de la cama y siendo honesta, ella tampoco quería. Había sido una muy, pero muy, buena noche y sabía que esa no iba a ser la única ni la última.

Terminó de sacar lo que utilizaría para prepararle el desayuno a Nathan y se puso manos a la obra. Haría un 'fry-up'. Desayuno típico de Londres que contaba con tocino, salchichas, huevos fritos, patatas y migas de pan fritas en forma de hamburguesa junto con unas rodajas de tomate frito y para agregarle el último toque, dos tostadas al lado del plato.

Mientras esperaba a que las tostadas estuvieran listas, se sentó en el mesón y llamó a Kelsey para saber a que hora volvía y para darle un adelanto de lo que sería su propuesta, ya que esta no sería solo para Allison, sino para Kelsey también.

-¿Hola?- contestó la rubia por la otra línea

-Buenos días, ¿se encuentra la señorita Hardwick?- le preguntó ella fingiendo otro acento

Dagger, Nathan Sykes. {Novela De The Wanted} Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora