XXI. <<Estragos de la lluvia>>

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Las calles de Londres estaban oscuras y vacías, sólo eso lo provocaba la torrencial lluvia que los acompañaba. Mientras ellos dos se encontraban en el apartamento, durmiendo, el resto de chicos y de chicas, continuaban en el bar sin saber nada de ellos y mucho menos Ryan, quien había desaparecido para buscar ayuda pero con la lluvia, le era imposible, eso lo hacía sentir furioso y sabía que si a ella le pasaba algo, no se lo perdonaría; pero ni Ryan, ni ellos sabían que Nathan y _________ ya no se encontraban allí, por lo cual, tuvieron que dormir todos en el bar y Ryan, sin más opción, tuvo que quedarse la madrugada en vela porque necesitaba ayuda y porque las calles estaban repletas de agua y lo que quería evitar era un accidente.

Por otro lado, ___________ y Nathan estaban durmiendo algo tranquilos. Ella se sentía tan protegida con él, sentía que se le podía venir el mundo encima pero con él, nada le pasaría, eso la tranquilizaba, y eso lo tranquilizaba a él también. Con tan solo ver que ella de nuevo empezaba a confiar en él, lo alegraba, y esta vez, no dejará que su confianza se vaya, si se la quiere ganar, lo primero que debería tener en sus manos era la confianza de la morena.

El resto de la noche fue algo pesada para él. Su conciencia solo le preguntaba por ella, aún teniéndola allí junto a él, eso era lo único que hacia, por lo cual tuvo que levantarse de la cama, no podía dormir si su conciencia lo único que hacia era preguntarle por ella. Después de tanto pensarlo, y sin querer hacerlo, se tuvo que ir de la habitación de ella, debía dormir y sabía que no lo haría con la mala pasada que su conciencia le estaba haciendo.

-¿Nathan?- la había despertado, maldición. Giró sobre sus talones y la encontró despierta

-No, no ahora por favor- le rogó a su conciencia. Su mirada se encontró con la de ella la cual sólo demostraba confusión y algo de tristeza.

-«No la vayas a dejar Nathan»- le ordenó su conciencia

-Por favor, no te vayas- le pidió con la voz entrecortada

-No lo haré- mintió-. Iré por algo de tomar, no me demoro. Continúa durmiendo ¿si?-ella obedeció y volvió a dormir. Salió un momento a la cocina y se dio cuenta que no había cambiado nada el clima, no se veía nada aunque la lluvia había disminuido un poco.

-«Eres débil, eres débil por ella. Lo sabes ¿cierto?»- apareció su conciencia. ¿Qué no se cansaba?

-No lo soy, sólo que...- tomó un trago de agua y se sentó en la sala, demoraría para volver a donde ella-. ¡Rayos! Soy tan débil ante ella- respondió en un susurro

-«Al menos no eres tan cabeza dura para aceptarlo»- dijo su conciencia.

-No pienso negar algo que es cierto, pero ahora ¿qué hago?- le preguntó a su conciencia. No recibía ninguna respuesta-. Bonita hora para irte- bufó molesto.

Volvió a la habitación y se acostó a su lado. Tal vez, lo único que quería su conciencia era que él aceptara que era débil ante ella, y era cierto, era muy débil; pero no podía olvidar que tenía una novia, aunque no la veía como eso, y de nuevo empezaba a atormentarse por que ni siquiera sabía por qué le pidió que fueran novios. Sus pensamientos lograron dormirlo, esta vez, ya no ella la que rondaba en ellos, gracias al cielo, ya no era ella.

El olor a algo quemado logró despertarla de manera rápida y no de la forma que ella quería. Abrió los ojos y notó que él no estaba a su lado. Saltó de la cama y salió de su habitación encontrándose con humo por gran parte de la cocina y su sala.

-¿Nathan?- nadie le respondía. Empezaba a preocuparse-. ¡Nathan!- gritó nerviosa al recordar que eso le podría hacer daño. Entró a la cocina encontrándose con Nathan y un extintor en sus manos. No había fuego, sólo humo

Dagger, Nathan Sykes. {Novela De The Wanted} Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora