matala.

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Se esconde bajo el amparo del manto nocturno, no hay estrellas en el firmamento que me sirvan de luz, sólo nubes espesas que no me ayudan para nada.

Pero tengo la certeza de que ahí está, sigilosa, siempre al acecho, dispuesta a atacar.

-Matala - dice Sungjong de nuevo

Eso intento.

La Luna que estaba escondida tras las nubes, aparece oportuna, brindandome su luz y la encuentro.

Agazapada en un rincón, con sus oscuros y brillantes ojos clavados en mi, siguiendo todos y cada uno de mis movimientos.

Es letal, lo sé por experiencia, todos somos conscientes de ello. Soy el único que puede hacerle frente, de todos soy la única persona a la que no intimida.

Tengo dos armas, una en cada mano, puedo emplear ambas sin ningún problema, y supongo que ella lo sabe.

Un paso, avanzo lentamente, esperando una respuesta de su parte, que se lance en mi contra, lo que sea. Pero sólo se mueve de su lugar siempre pegada a la pared, como si el contacto con la superficie de concreto la hiciera sentir segura.

Me enseña sus dientes en un gesto salvaje de amenaza, pero no me dejo amedrentar.

Todos ahí dentro han depositado su confianza en mi, siento el peso de sus miradas clavadas en mi espalda y en mi nuca. No puedo, no debo fallar.

Por fin se mueve en mi dirección, casi como si se arrastrará. Doy un paso, moviéndome con delicadeza.

Aprieto más fuerte mis armas, siento las palmas resbalosas, el pulso frenético latiendo en mi sien, una enorme gota de sudor surca mi frente.

-Matala - ésta vez es Woohyun.

No debí haberme puesto el auricular, sólo me ponen  de nervios, yo sé lo que tengo que hacer, sólo estoy midiendo su resistencia.

Intento sacarla de quicio, que se sienta presionada a tal punto que no piense en lo que hace, que siga su más primitivo instinto y se me eche encima sin dudarlo, por qué cuando lo haga, yo estaré listo.

-Hoya, termina con ella de una puta vez

-Déjame en paz Sung...

Mierda.

Se me ha lanzado encima.

Me araña el rostro, muerde mi oído, muerde mi mano. La sangre de mis heridas me obstruye la visión, doy manotazos al aire, intentando golpearla pero no está más.

La Luna sigue imponente en lo alto.

Ella está justo frente a mi.

Mis manos duelen, mi respiración comienza a ser irregular.

No quiero seguir luchando.

Creo que es momento de admitir que me ha vencido.

-No puedo asesinarla.

Su expresión no cambia, pero creo ver un atisbo de una sonrisilla prepotente en su horrible cara.

Corre hacía mi, pero ésta vez no estoy desprevenido y también corro.

Uso el martillo y le doy en la cabeza, su sangre me salpica y se mezcla con la de mis heridas. Suelta un chillido agudo que lástima mis tímpanos, pero no desisto, vuelvo a dejar caer el martillo sobre su cráneo, luego sobre su abdomen. Sigue chillando, de dolor, muere maldita, uso el cuchillo para cortar su garganta.

Por fin la pesadilla ha terminado

-Está muerta - digo esperando que todos me hayan escuchado.

Finalmente salen todos al jardín, emocionados, Dongwoo me abraza.

- Joder Hoya, creí que nunca nos librariamos de esa rata gorda.


Día 12
Viñeta de suspenso

Yo no se mantener a la pipol en estado de suspenso, y nunca había escrito algo así.

Sorry not sorry.

fiction 15 dayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora