Terror en cautiverio

V

Otra vez, mi curiosidad me ganó, y cómo ya había recuperado un poco de mi fuerza, me arrastré hacia la alfombra, e hice el mayor intento para poder bajar hacia el sótano. Pude sentir un mal olor, y cuando levanté mi mirada, había aproximadamente unos diez cuerpos cubiertos de sangre. Quedé desconcertado al ver los cadáveres. Unos siete u ocho eran de jóvenes y el resto de ancianos. Me acerqué al del joven que recientemente había fallecido, y palpé su rostro. Cuando lo hice, comencé a ver imágenes de él. O al menos parecía él, porque, el de la imagen, era muy similar. Pude vivir los mejores momentos del joven, salidas con sus padres de pequeño, también pertenecía a una orquesta juvenil, recuerdos que supongo que lo hacían feliz. Luego de varios recuerdos, en el final, pude apreciar su mayor sueño: quería ser actor. Y como dije anteriormente, cómo puede tu vida terminar en un instante, y así, teniendo objetivos por cumplir, no lograrlos es desconsolador. Y ahora, ¿qué será de mí? Pensándolo bien, yo no tengo sueños, solamente quería llegar hasta acá, pero no me imaginaba que sería de esta manera. No me imaginaba que en este castillo existiera el fenomenal Drácula; no me imaginaba que existiera tanto horror; no me imaginaba nada. Bueno, realmente todo lo imaginaba de color de rosas. No puedo salir porque por el momento, no tengo escapatoria. Solamente me quedaba por adaptarme a esta nueva vida, esperando a que alguien me rescatara. Ya quise volver hacia la habitación, y comienzo a oír unos suaves pasos: era Drácula. Cuando baja hacia el sótano, desesperado (supongo que fue por no hallarme en la habitación), me mira, se acerca con su ceño fruncido, y comienza a insultarme. Luego de escuchar repetidamente palabras como "torpe", "idiota", "inservible" y muchas más sin sentido, sujetó con odio mi cabello y me arrastró hacia la habitación. Además de los insultos, me torturó otra vez, por lo que intenté defenderme pero había comprendido que por más que lo haga, no sería la ayuda que estaba necesitando. Le pregunté (como siempre), por qué yo estaba allí, y qué quería de mí, a lo que se dignó responderme: --"estás acá porque decidiste llegar hasta acá, y quiero de ti algo que no tiene nadie más. En vez de interrogar, deberías pensarlo". Entonces, ya no sabía qué hacer. Él se retiró con serenidad. Observaba mi cuerpo, que por cierto estaba repleto de sangre ¿En verdad éste era mi destino? Y si lo era, ¿por qué?, ¿acaso dañé a alguien? No, además no tengo mínimo contacto social desde que mis padres fallecieron. A la única persona que podría haber dañado, sería a mí mismo. En algunos momentos, ya me daba miedo, porque sentía que estaba en un sueño (aunque no). Así que, solamente me quedaba por adaptarme a esta nueva forma de vida, un cautiverio.