Ya era el quinto día de que mi libertad estaba privada, y el hambre se hacía notar; No tenía nada para comer (los caramelos los había terminado), y un vaso con agua pude beber en el día de ayer. Me pregunto, si alguien se dará cuenta de mi ausencia. Mi preocupación en este momento sería morir hoy. No sé cuando me despediré del mundo, pero insisto en que fallezca cuando duerma, no quisiera hacerlo por los golpes de Drácula. Siendo honesto, este horror ya me desespera. Y no solo eso, también distingo que me está afectando psíquicamente, porque, hablo solo. Aunque, necesito hablar, pero no tengo con quién; Supongo que tengo mi dedo meñique quebrado, porque no lo puedo movilizar. En fin, espero poder salir de este ambiente escalofriante.
Estaba bastante tedioso, entonces para matar el aburrimiento decidí redactar todo lo que me estaba sucediendo. Desde el principio, hasta lo que vivía día a día. Estuve una hora anotando, pero no pude terminar ya que me interrumpió Drácula. Antes de que entrara a la habitación, guardé rápidamente el cuaderno para que no notara que escribía. Ya sabía lo que me esperaba, pero no podía hacer nada al respecto. Hoy, parecía ser mi día de suerte, ya que no me torturó. Lo que sí, trajo a una adolescente, que me imagino que era para golpearla. Comenzó dándole puñetes en la cara, y la joven además de defenderse, gritaba y me pedía auxilio. Pero a mí, no me convenía. Si la ayudaba, yo también iba a sufrir, pero no me quedaba otra opción que verla morir, como al otro joven. En un momento, Drácula desanimado, se retiró del cuarto dejando a la joven en el suelo. Me acerqué a ella, y seguía con vida. Agarré sus manos con delicadeza, y le pregunté cómo se sentía. Por supuesto que es la pregunta más estúpida que se puede hacer, pero quería saber si ella estaba despierta. Ella me dijo unas palabras raras, como si hablara en español. Luego de unos minutos, esperando a que su dolor pasara, dudando su idioma, le hice algunas preguntas, y me comentó que era una turista de Uruguay. Entonces, acerté el idioma. Y como dije unas palabras atrás, hoy parece ser mi día de suerte, porque tendré compañía, o al menos por unos días u horas. Ya era tarde, o eso supuse porque tenía sueño. No pude tener una extensa conversación porque no la quise molestar (me imagino el dolor que tendría). Y ahí fue que me desvanecí en el sueño, pero esta vez feliz por tener a alguien con quien sufrir este horror.
YOU ARE READING
Terror en cautiverio
HorrorUn joven llamado Alex de 19 años de edad, estudiante de Física, amante de las obras literarias, específicamente las del género terror (cuando tenía 17 años había intentado crear un cuerpo humano con partes de cadáveres, como la historia de Frankenst...