LA MUERTE (YAOI/GAY)

La Muerte

2017

Esteban: 17 años

Tobías: 7 años

-¿Con qué quieres trabajar para nosotros desde ahora en adelante?.- el hombre de bigote miraba relajadamente a su esposa, que inspeccionaba de un lado a otro al muchacho de dorados cabellos.

-Eeeh s-sí.- sonrió con algo de nervios, viendo la expresión seria y pensativa de la mujer, que con su ceño fruncido y sus gráciles dedos tomaban su barbilla. La mujer vio esa sonrisa y se encantó.

-Aaah~. ¡Pero si es todo un galán! ¡Lo quiero, lo quiero, lo quiero~.- zamarreó con poca fuerza el brazo de su marido.

Esteban sonrió y relajó sus hombros, que se encontraban tensos de los nervios.

-Tobías. Mira, sal de ahí. Él es Esteban, el nuevo mayordomo. Vivirá con nosotros desde ahora.- el pequeño niño se encontraba sonrojado, vacilante tratando de entrar a la habitación donde se encontraba el muchacho de dieciocho años, mirándolo con ternura y con una sonrisa leve.

-Mmmg.- su labio le tiritaba de lo tímido que era.

-Hola Tobías, mi nombre es Estaban.- se agachó a su altura y lo incitó para que saliera. El chiquillo tomó un poquito más de confianza y se acercó a Esteban. Su pequeña manita se estrechó contra la más grande.

(...)

2018

Esteban: 18 años

Tobías: 8 años

-Bueno, nosotros nos vamos. Que te valla bien Esteban cuidando de mi hijo.- la mujer se fue despidiéndose agitando una mano.

El rubio se giró y vio ante sí, al menor, el cual se encontraba apasionadamente dibujando en la mesita de centro de la sala. Se acercó por detrás del sofá y vio lo que hacía. Sonrió con ternura.

-Dibujas muy bien.- las mejillas del menor se encendieron cuando escuchó la voz de su mayordomo, el cual vestía con un traje negro y unos guantes blancos.

El menor desde hace un año que comenzó a vivir con Esteban, pero aún no se acostumbraba a tenerlo cerca.

-G-Gracias.- no dijo nada más y siguió con su trabajo de dibujar, al igual que Esteban que tenía que recoger la ropa sucia esta vez.

(...)

2024

Esteban: 24 años

Tobías: 14 años

-¡Ya basta jovencito, me está cansando tu actitud!.- la madre de Tobías entró furiosa a la sala, persiguiendo a su hijo, el cual estaba indignado. En la tarde la mujer le había dicho claramente de que no podía a ir a esa fiesta. El puberto hiso caso omiso a lo que decía y se escapó por la ventana, se tuvo que comer una caída desde el segundo piso, pero lo resistió. En cuanto su madre le fue a dejar la cena a la habitación en forma de disculpa, se dio cuenta de que ya no estaba. Tomó su auto y partió a buscarlo

Desde los diez años, Tobías era todo un rebelde, la cuestión, era porque le faltaba aquel pilar que le hacía entender. Su casa ya no se sujetaba bien desde que aquella pequeña, pero no menos importante pieza que se había ido.

En una de las muchas citas que tenían sus padres, tuvieron un accidente y la única que pudo sobrevivir al impacto, fue su madre. Tobías desde ese entonces no es lo mismo. Estaba formando esa rebelión en contra de su madre, que sabe perfectamente que no ganará. Ella en parte también se sintió devastada, y aún lo está, y Tobías con ese comportamiento no la estaba ayudando para nada.