-A Wonsik le gusta Hakyeon~ A Wonsik le gusta Hakyeon~
Pegué a los dos chicos a mi lado que no paraban de canturrear esa frase. A veces me pregunto por qué soy amigo de ellos.
-¡Beannie, pega a Wonsik, que me ha hecho daño!
-A mi también, pero si le pego de vuelta él me pegará después de nuevo, Hyukkie... Él es un ser malévolo.
-¿Sabéis que estoy aquí, no? -Interrumpí su estúpida charla, externamente molesto pero en realidad riendome de sus caras. Literalmente.
-Claro que lo sabemos, no somos idiotas como tú. -El menor de los tres salió corriendo tras decirme eso.
-Pequeño irrespetuoso... Como te pille... Hongbin, no sé como haces para aguantarle.
-Yo tampoco, la verdad. -Se rió, mostrando unos pequeños pero profundos hoyuelos. - Pero ahora en serio, Wonsik. ¿Que le ves a Hakyeon? No paras de mirar hacia él... Y si no es amor, no sé que será.
-Por última vez... ¡No es amor! ¿Acaso no lo notas? Sus ojos son extraños. El color es... Raro.
-Wow, muchas gracias por dejarmelo todo claro, "Sherlock". -Ahora no necesito tu ironía, Hongbin- ¿Que pasa? ¿Son grises oscuros en vez de negros? Porque no sé que puede ser sino...
-No, no, no son grises oscuros... Pero tampoco negros. Son extraños. ¿De verdad que no lo has notado?
-Es que verás, Wonsik... Yo no me voy fijando en los ojos de un chico todo el rato sólo porque no son de un color negro carbón.
-¿...Seguro? Yo no diría eso por como no paras de mirar a nuestro pequeño y dulce Hyukkie.-Hongbin abrió mucho los ojos con mi comentario, sorprendido, y no pude evitar reirme.-Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo...
-Eso espero... Espero no tener que usar mi fuerza contra ti... Por cierto, hablándo de Hakyeon, mira quien viene.
Me giré rápidamente, esperando ver sus ojos. Si, ahí estaba. Dios, no sé por qué pero juro que sus ojos no son normales, no puedo evitar quedarme mirandole.
Mierda.
Me ha visto.
Volví a mirar a Hongbin, sintiendo calor en mis mejillas.
-Wonsik, pareces una adolescente enamorada. - ¿Cuándo había vuelto Hyuk?
Con un suspiro, me levanté de mi asiento en la cafetería de la universidad, enfadado, y me dispuse a caminar hacia afuera. ¿Cómo era posible que nadie se diese cuenta del color marrón claro de sus ojos?
Me pararon agarrandome del brazo justo cuando acababa de salir de la cafetería.
-¿Qué quieres, Hongbi... -No era Hongbin. Al girarme me choqué con ese color de ojos tan extraño. Un color que nadie había visto en siglos.
-H-hola... No puedo evitar fijarme que me miras mucho, y ni siquiera sé tu nombre...
