-Duele... - Me quejé al sentir el algodón sobre mi herida.
-Lo siento, intento hacerlo con cuidado, pero eres un quejica. - Hakyeon se queja en mi espalda, volviendo a acercar el algodón a mi herida.
-¡No es mi culpa que duela!
-Tranquilo, ya Hyukkie le habrá dado su merecido a ese homófono de mierda...
-Jaehwan, cuida el lenguaje.
-¡Una mierda! Ese desgraciado... ¿Quién se cree que es como para tirarle una botella de cristal a Wonsik? ¡Podía haber muerto!
-Jaeh, no grites por favor, me duele la cabeza.
Jaehwan se sentó a mi lado, y se disculpó con un tierno puchero. Yo simplemente le sonreí, agradecido de que dejase de gritar.
-Es cierto, Yeonnie y tú... Me tenéis que explicar qué fue eso del beso. - Hakyeon no pudo evitar sonrojarse, claramente avergonzado. Bueno, en realidad ni siquiera nosotros sabemos que es lo que tenemos.
-Pues sólo eso. Un beso.
-¿"Sólo eso"? Oh, ¡venga ya! Ahora no me iréis a decir que os habíais besado antes y aún no estáis saliendo... -Jaehwan se calla de repente y nos observa. Oh, mierda. ¿Cómo es posible que sea tan listo y tonto a la vez? Siento calor en mis mejillas, y la piel morena de Hakyeon también se vuelve rojiza. Jaehwan se tapa la cara con una de sus manos, como si diésemos vergüenza ajena -No puede ser que seáis tan estúpidos.
-Gracias por el halago, Jaeh.
Jaehwan se pone de pie de repente, empezando a caminar en dirección a la puerta.
-No os dejaré salir hasta que os confeséis.
Un portazo, el sonido del pestillo, y nuestras miradas encontrándose, dejando ver nuestro nerviosismo. Estúpido Jaehwan.