Trozos de papel

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La vida se nos va en un abrir y cerrar de ojos,
como trozos de papel que se lleva el viento.

Los nombres no importan, eso ya no importa, solo recuerdo sus frías manos, era noviembre creo, solo recuerdo que el ambiente era mas fresco un poco frío, ninguno de los dos llevábamos abrigo, no hacían falta. Verle allí frente a mí era majestuoso, parecía un ángel, era hermosa, de tez blanca, un ensortijado cabello rubio y esos ojos color café, esos hermosos ojos redondos y café, tenía unos labios finos pero muy hermosos, pequeños y adorables, era perfecta, su simple presencia era suficiente para llenar una habitación, me tenía completamente embobado y no pude advertir la tormenta que se avecinaba, todo era muy calmo para ser real, sus palabras me cayeron como balde de agua fría en la madrugada, no recuerdo mucho solo recuerdo que dijo "...me tengo que ir, Adiós, no eres tu soy yo..." desde ese día mi mundo se sumió en una completa oscuridad, el color se fue, las voces no eran más que un extraño sonido ininteligible para mí, todo se volvió gris...Ya han pasado cinco años desde aquella fría mañana de noviembre cuando perdí mi razón de existir, cada día ha sido la misma rutina sin cambio alguno, sin variación, antes solía ir a caminar por la ciudad, incluso en algunas ocasiones hacia ejercicio en las barras del parque, solía cantar, silbar, disfrutar de todas las pequeñas cosas, ahora estas son las que más me irritan, el tiempo ahora pasa cada vez más lento, la juventud se ha esfumado de mi rostro, cada mañana al mirar a mi espejo veo a un viejo malhumorado, es como si toda la alegría de mi vida hubiese sido extraída y con ella mi juventud, aunque en mi rostro de 22 años no hay ni una sola arruga, mis ojos cuentan otra historia, nadie me lo ha dicho pero yo lo sé ¿Cómo lo sé? No sé cómo, pero es de esas cosas que sabes y no conoces el por qué, pero aun así las sabes, las personas suelen decir que parezco muy fresco y bien resuelto, pero yo no opino lo mismo, la frescura sera del ambiente que no lo logran distinguir bien y con respecto a lo de bien resuelto, es que acaso no se nota lo liado que vivo o lo finjo tan bien que yo soy él único que lo sabe, en fin mi cuerpo dice algo y mi alma y mente dicen otra cosa. Los días se tornan en cada momento mas insoportables, él sonido de los autos, él ruido de las construcciones, él tormentoso sonido de los autos destartalados y él asqueroso humo que sueltan todo es repulsivo, y cuando creo encontrar la calma entre todo lo que me inquieta aparece ella, siempre ella, como si su trabajo fuera hacerme sentir cada vez mas miserable, como si la vida se le fuese en eso. Como lo hace no lo se, solo se que puede aparecer en todos lados, hasta en él lugar que menos yo imagine, desde la sonrisa de un niño hasta en algún mural, en alguna pared del Centro. Cuanto la odio pero cuanto la amo, quisiera poder olvidarla, rehacer mi vida o comenzar de cero como si ella nunca hubiese existido... Pero estoy condenado a vivirla, a llevarla en mi por esta eternidad, eternidad de tristeza, eternidad de dolor...

Me puedo recostar de tu hombro -y de un sopetón estaba ya montada en su hombro.

¿Me lo preguntabas o avisabas? -descubrió media sonrisa que lo hacia lucir muy bien y pensaba: ¡que demonios! ¿Como le haces para gustarme tanto? Mas no decía nada solo dejaba que él silencio reinara nuevamente entre ellos dos mientras ella respondía con una sonrisa tímida, adornada con un leve sonrojamiento de mejillas.

Oh Marck tu me conoces -respondió Jhoane entre risitas leves- sabes como soy y aún así me quieres.

Oh Jhoa tu me conoces y sabes que me da igual lo que tu hagas o digas -reprochó en tono en tono sarcástico, mientras en su interior solo pensaba: ¡que demonios! Si es creída, aunque tiene razón, ¡malvada sea tiene razón. Esto debe cambiar ya! O ¿no?-

No seas tan amargado hombre -sonríe y se levanta- ahí viene el micro, ya me voy, que tengas un feliz retorno a casa -se despide y le da un beso en el cachete y mientras sube al microbús voltea y en tono sarcástico dice- y deja de fingir que tienes el coche averiado solo para acompañarme a esperar el micro, adiós.

Marck quedó fuera de si, no articulo palabra alguna solo consiguió hacer un gesto de despedida con la mano, mientras el microbús se alejaba -¡rayos! ¿como lo supo?- Pensó. Se alejo caminando lentamente en busca de su auto.

El tiempo de camino a casa se hizo eterno, normalmente se tardaba 20 minutos para llegar a su hogar, pero esta vez sintió que fueron 40, la noche paso de bella y adornada a oscura y destartalada, eterna, fría, solitaria, no veía el momento de la salida del sol, a pesar de sentirse apasionado por la luna, por primera vez en mucho tiempo Marck anhelaba que el sol saliera rápido, más no sabía porque su ser quería eso, era un deseo del cual no conocía el origen, un deseo de esos que no sabes como surgen ni el porque... De esos que solo quieres que pasen.

Se Busca un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora