CAPÍTULO 2.
Era arrojada al herbaje como si de un saco de papas se tratara, la hierba se incrustaba en sus delgados y flácidos brazos haciéndolos punzar, trataba de levantarse pero una silueta se lo impedía. No podía ver nada de esa persona, solo unos inquietantes ojos verdes que parecían brillar en aquella oscuridad. Y de nuevo había sollozos, vestía de negro, como lo hacía siempre en sus sueños y buscaba una respuesta a una pregunta realizada hace tanto tiempo que ya aquella incógnita era desconocida para ella.
Pero se aferraba a buscar respuestas, como si eso fuera lo que la mantendría con vida. Lo que la salvaría de aquella sombra de ojos verdes que la perseguía, que la asfixiaba, que carbonizaba su piel ante ese toque sombrío. Corrió hacia los sollozos y vio a su madre, con incontrolable furia, su cabello rubio ceniza se había convertido en una cortina que protegía sus delicadas facciones, tanto dolor en una mujer tan fuerte era peligroso. Aquel sonido de gimoteos ásperos era capaz de crear tormentas y quemar ciudades enteras y Pepsi no quería nada más que saber por quien el mundo parecía llorar. Se acerco a su madre, esta vez más cerca de lo que había estado nunca y cuando su brazo estuvo a punto de rozar con el hombro de su madre, una nube de oscuridad pura la lanzo lejos.
—No es bueno para ti verlo —La misma voz barítona en sus oídos, la que hacía que el mundo temblase ante semejante cacofonía—. Ella no quiere estar contigo.
Pero era mentira, sabía que era mentira. Pero las sombras la engulleron y mientras el último aliento se escapaba de sus labios unos ojos verdes la miraban con recelo.
Palmas sudadas, sueños vacios y un corazón acelerado. De eso se trataban las largas noches de Pepsi Holland, la cual parecía no querer jamás volver a dormir. Se levanto antes del amanecer y un gran bostezo la acompaño mientras se levantaba ignorando esa esperanza de su cuerpo a seguir durmiendo. Sabía que aunque tanteara el único resultado sería dar vuelcos en su cama sin conciliar de alguna manera el sueño. Por lo que decidió desesperarse para luego buscar en aquella mesita de noche llena de papeles y revoltijos la pequeña libreta de recuerdos incoloros de su vida gris.
● Te irás en mierda, Pepsi, cuando leas esto: PERO UN CHICO LEYO TU MENTE Y MANCHO TU SWEATER GRIS. ALEJATE DE EL Y NO PIENSES NADA A SU ALREDEDOR, SOBRE TODO NADA ACERCA DE HIELO
● Por cierto, el chico va a tu escuela :)
● Lleva tu bata, laboratorio (nada de explosiones)
Parece que el día anterior resulto ser exquisito, había olvidado la mayoría de las cosas. Pero no había olvidado a aquel chico, a aquella voz suave y ruda a la vez, como alas y fibra. ¿Había leído su mente? Definitivamente estaba perdiendo la cabeza, si es que no lo había querido aceptar antes. Negó con su cabeza, y se dirigió al cuarto de baño donde despejo su mente gracias al agua repiqueteando en las baldosas. Como era de esperarse, había durado mucho más tiempo del que tenía permitido en la ducha y la presencia de Wendy sentada en una esquina de su cama, observando su codiciosa colección de Juego de Tronos, casi le da un ataque cardiaco.
—Hoy es martes, segundo día de clases de la segunda semana de clases —dijo mirándome por primera vez desde que había emergido del baño.
Y se por su mirada que había más que decir, que se había negado a decir: Te lo recuerdo ya que no tienes la capacidad de recordarlo por ti misma, porque siempre llego tarde a mis clases por tu inutilidad.
—Lo había...
Olvidado.
Aquella palabra se aferraba a su garganta, clavando sus afiladas uñas en ella impidiendo soltarla, sabía que no era su culpa, que habían llamado a su enfermedad de millones de formas, amnesia o un mecanismo de defensa de su cuerpo. Pero no había sido su culpa, si no de aquel accidente que no recordaba, el que cambio por completo la vida de su madre y la suya misma.

YOU ARE READING
Crystal Kid
DiversosPepsi perdió a su padre a causa de un accidente automovilístico en New York. Desde ese día aprendió que la muerte tiene muchas facetas, formas y sonidos...la muerte de su padre sonó a Beethoven, con la canción más cliché que el artista alguna vez hu...