CAPÍTULO 1.
Ella caminaba bajo una noche sin estrellas y una luna llena que se veía muy grande en aquel vasto cielo, sin embargo, se sentía inquieta y sabia que algo andaba mal. Quería descubrir porqué pero las palabras parecían no querer salir de su garganta ahogándola con su silencio. No estaba sola y pareció darse cuenta de aquello justo en ese momento...
Cuando descubrió que unas veinte personas estaban con ella, divisó a su madre de rodillas en la grama, vestía de negro y sus ropas se sentían pesadas sobre sus hombros, los cuales no paraban de temblar debido a un llanto inquietante lleno de dolor y pena. Se apresuro a correr a su lado cuando vio entonces una lapida frente a ella, realizo un giro de ciento ochenta grados y con el corazón latiéndole demasiado fuerte en el pecho descubrió donde estaba finalmente. Un cementerio. De repente sintió que se le paraba la respiración y que caminar era mucho más difícil a como pareció en un principio, se sentía sofocada y por un segundo no supo que hacer y se pregunto cómo demonios había llegado hasta aquel desconocido lugar.
¿Por qué su madre lloraba frente aquella lapida con tanta pasión contenida? Estaba dispuesta a resolver aquella duda de inmediato, pero una fuerza la jalaba lejos de su madre. Le acortaba la respiración con cada paso que realizaba y sentía que cuanto más tratara de acercarse, mas imposible seria. Corría y corría pero unas manos la contenían violentamente, haciéndole daño, quemando su piel.
—No es bueno para ti que lo veas —Una voz barítona le gritaba, retumbando en sus oídos, haciéndolos vibrar —. Ella quiere estar sola, no quiere estar contigo.
¿Quién era y porqué que la torturaba de aquella manera?
Pepsi despertó con lágrimas en sus ojos y el sonido de su corazón acelerado, como un tambor descontrolado, una música sin melodía. Era el mismo sueño cada vez, en diferentes lugares y diferentes personas, siempre está tratando de llegar a alguien y siempre alguien se lo impide. Estaba harta de buscar por el oráculo —Google— el significado de sus sueños, lo único que la recompensaba es que eventualmente lo olvidaría, como todo lo demás que le pasaría aquel día. Froto sus ojos en direcciones violentas, casi como arrancándoselos sin piedad alguna, cada vez que su madre la veía realizar aquello esta se escandalizaba recordándole que aquellos hermosos ojos grises no tenían la culpa de sus rabietas. Tal vez ella tuviera razón.
Se levanto finalmente, realizando todo con la agilidad de un robot programado para hacer cada una de las cosas que se debían hacer para poder sobrevivir a otro día dentro de aquel mundo en que lamentablemente había nacido. Tomo los lentes que estaban en la mesa al lado de su cama e inmediatamente logro ver con claridad todo lo que estaba de pie frente a ella. Se apresuro a tomar la libreta que descansaba sin vida en la pequeña mesa y sonrió de manera sarcástica —algo muy común en ella—. Aquella libreta era, básicamente, su vida entera. En ella escribía absolutamente todo lo que probablemente olvidaría en la madrugada. Se dedico a observar la página correspondiente a aquel día, en la cual podía observarse con tinta azul todas las actividades pendientes. ¿No era patético? Suspiró.
Cosas que probablemente ya olvidaste (Jajá)
● Tarea de historia (Wendy te ayudo a hacerla, un diez en historia seguro, seguro)
● Ayer utilizaste un sweater de lana blanco ¡POR EL AMOR DE DIOS NO REPITAS EL ATUENDO DE NUEVO!
● Tienes el mismo sueño una y otra vez, joder...
● Educación física, no olvides el uniforme
NOTA: Sobrevivirás a los quemados, de todos modos ni recordaras quien te desmayara esta vez
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Crystal Kid
AcakPepsi perdió a su padre a causa de un accidente automovilístico en New York. Desde ese día aprendió que la muerte tiene muchas facetas, formas y sonidos...la muerte de su padre sonó a Beethoven, con la canción más cliché que el artista alguna vez hu...