CAPÍTULO TRES.
Por primera vez, Pepsi no estaba sobre la grama. Por primera vez, Pepsi estaba junto a su madre, pero esta vez ella también lloraba. Sin embargo pudo notar que algo sobre ella se sentía diferente, sus manos eran más pequeñas, sus pies e incluso sus pechos. Tras una pausa descubrió que su madre lucia más joven, las arrugas debajo de sus ojos habían desaparecido, su piel de porcelana mostraba a una hermosa y joven mujer que hasta hace poco había sido feliz y había tenido una vida plena. Su cabello rubio platino le cubría todo su rostro, pero era largo y abundante.
Al cabo de unos instantes Pepsi entendió, tenia trece años de nuevo.
Anonadada se levanto y rebusco por sus alrededores alguna respuesta, su madre la inmovilizaba afanosa de las piernas, mas no la miraba a la cara, no le decía una palabra. Pepsi quería correr y entender el porqué estaba en aquel cementerio y por quién lloraban con tanta añoranza.
—¡Déjame ir! —grito Pepsi tragándose los encolerizados sollozos que la consumían.
Intentaba ver el nombre de aquella lapida donde su madre descansaba, su cabello engullendo todo el espacio, sin dejar que nadie se acercase y nadie leyera el nombre de aquella persona que causaba que las rosas se marchitasen en el camino. Empujaba y empujaba, pero su madre se lo impedía, sin mirarla, sin decirle nada.
—¡Maman! —murmuró, no llamaba así a su madre desde que era una niña.
Finalmente su madre desenganchó su agarre en su pierna, la miro con una débil sonrisa, despejando aquella lapida. Pero cuando Pepsi corrió a leer quién era, la oscuridad la elevo por los aires repitiendo aquellas palabras crudas que ya se sabía de memoria.
—No es bueno para ti verlo —Esa voz barítona que tanto temía y odiaba—. Aún no es el momento.
La pelirroja despertó con las palmas sudadas y un gran bostezo. Tomo la libreta para escribir aquel cambio en su sueño, ya que Google podría decirle algo. Le gustaba sacar en limpio en aquella página de Internet, aún cuando todo lo que alguna vez indagaba terminaba con ella sufriendo algún tipo de enfermedad terminal, pero así era su mejor aliado Google un hipocondriaco nato amante al drama. La página del día anterior no contenía demasiadas indicaciones, eso la relajó ya que quería decir que no tenía muchos deberes. Se coloco sus gafas y siguió con aquella rutina que aún cuando no recordase hacer todos los días, odiaba con todas sus fuerzas.
● Cuidado con tés verdes (RECOMENDACIÓN: Jamás vestir de colores claros)
«¿Qué demonios?» pensó Pepsi.
● Tarea de física
● Ahora te hiciste amiga del chico nuevo, el cual se llama Noah, por cierto
● No repitas el atuendo, siempre dicen que usas lo mismo
Bien. Una de las cosas que más la exasperaban era su pereza a la hora de escribir en su libreta, ya que al día siguiente cuando olvidara todo lo que realizó, no entendería la mitad de las cosas que había escrito. Le pasaba la mayoría de las veces y conseguir atuendos diferentes cuando no recordaba que se había colocado el día anterior era toda una pesadilla. Por otro lado pensar en cosas tan ordinarias como el que ropa usar la hacían sentir mucho menos como un fenómeno.
(...)
Pepsi había tomado su propio consejo y se había colocado una camiseta negra en la que se leía en letras blancas "ONLY FEMINISTS ALLOWED" pero de nada le había servido. Al llegar a la escuela, el director tuvo la brillante idea de realizar un simulacro contra incendios, pero era obligatorio tener el uniforme de educación física. Así que Pepsi se encontraba en el gimnasio con todos sus compañeros de clases y mejor aún, todo el colegio, utilizando la camiseta de educación física que utilizo en su primer año de secundaria. Por muy poco que se observe o incluso se tome en cuenta, ella había crecido y dicha camiseta le quedaba ajustada en todos lados y un tanto —bastante— corta. ¿Y los shorts? Es mejor que no se llegue a ese tema, porque de tantos silbidos que había recibido, se pregunto unas cuantas veces si se había convertido en un perro de camino al colegio. Y esto en conclusión, era una de las desventajas de tener que anotar todo en una libreta, siempre olvidaba cosas como estas. Porque claro, el director había avisado con anticipación.

YOU ARE READING
Crystal Kid
AcakPepsi perdió a su padre a causa de un accidente automovilístico en New York. Desde ese día aprendió que la muerte tiene muchas facetas, formas y sonidos...la muerte de su padre sonó a Beethoven, con la canción más cliché que el artista alguna vez hu...