Capítulo 10: Solo duele si no te lo esperas

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Tenemos que hablar... Alicia. Pues me salió al final hablar con ella. Nos adelantamos y dejamos a Guadalupe hablando con Cristina Entonces empecé a hablar:
- Alicia, ¿ piensas que Guadalupe esta un poco... cariñosa?
- ¿Cómo cariñosa?
- Conmigo. Qué está muy pegada a mí
- Pués no sé, la verdad. ¿Por qué dices eso?
- No sé, es que la veo muy pegada a mí todo el día dándome abrazos, sentándose encima mía, apoyándose en mí... No sé... Estoy un poco agobiado y tampoco quiero llevarme mal pero es que no le voy a seguir el rollo porque te quiero a ti. Entonces no sé... ¿Tú como lo ves?
- Yo hablaré con ella tranquilo.
Entonces fuimos a comer y todo estuvo bien. Por fin había arreglado mis problemas sin cagarla. Estaba tan cotento... Hasta que Noelia me dejó su móvil porque fue a montarse en el tren de Rota. No sé porque, pero le apetecía. Eran 20 minutos dándole una vuelta a Rota pero a ella y a su hermano les divertía. Y me dejó el móvil para que no se le cayera al suelo porque es muy patosa. Los demás seguíamos aquí. Ví que Alicia cogió el móvil y escribió. Entonces vibró el móvil de Noelia. Le había enviado este mensaje:
- El plan ha salido bien. Diego está preocupado porque me pusiera celosa y está rayado. Yo creo que ya me quiere de verdad. No me pondría los cuernos
Llame corriendo a Marcos por señas. Y vino porque me entendió. Le enseñé el mensaje corriendo, le dejé el móvil a Cristina y le dijé a Marcos:
- Vamos a dar una vuelta.- con un tono tembloroso.
- Venga.- dijo el muy preocupado.
Andamos bastante para alejarnos de ellas lo suficiente y un mar de lágrimas salió de mis ojos. No me lo podía creer. ¿Me puedes explicar que mente hace eso? ¿Quién se deja hacerlo? Para comprobar si yo la quería. Me sentó como un tiro en la cabeza. Si fuera otra vale. Pero ella no. Ella sabe todo lo que me he rayado y todo lo que la quiero para haberme hecho eso. Para haber desconfiado tanto. Que me llamen egoísta, pero no soy capaz de ponerme en su lugar. Ha sido un golpe bajo. Entonces cuando me tranquilicé ya volvimos. Estuve borde con todos menos con Marcos, Juan y Cristina que eran los únicos que no habían tenido nada que ver con esto. Subimos la cuesta y de camino a casa Alicia fue a darme un beso y le dije:
- Ni te acerques.
Me cabreé muchísimo. Además, no sabía en quién confiar sin contar a Marcos. Porque no sé seguro si lo saben Juan y Cristina pero puede que sí. ¿Y cómo me entero de eso? Tenía la solución bastante cerca de mi casa pero no me daba cuenta. Lo único que hice fue empezarme otro libro. Era 'Las ventajas de ser un marginado' por lo menos me sacó alguna risa que la verdad que me hacía bastante falta en ese momento. Entonces me dormí. Me levantó mi padre a chillidos:
- ¡¡¡¡Diego Javier!!!!
Ups, no lo he contado. Mis padres me pusieron un nombre compuesto. Diego Javier. El más feo que había. Supongo que era para cuando quisieran reñirme. Lo cual me preocupó en el momento en el que me lo dijo.
- Dime papá.
- ¿Tú ves esto normal?
Me señaló el calendario:
- ¿16 de agosto?- pregunté
- Tienes 3 recuperaciones y vas tu y todavía no has hecho la mitad de las láminas y te quedan dos trismestres de tecnología y uno de matemáticas.
- Nos vamos a dejar ya de tonterías. Aquí todas las mañanas a estudiar 2 horas y en casa a la 1.
- ¿¡Tan pronto!?
- Haber estudiado durante el año.
La verdad es que iba bastante mal. Tenía la entrega de láminas el día 1 de septiembre. El examen de matematicas el día 3 y el de tecnología el 4. No iba muy bien que se diga. Además hacía una semana que no estudiaba. Como te hace el amor distraerte en verdad...
Esa mañana obviamente no salí, después de la bronca de mi padre. Entonces me asomé a la ventana para explicárselo a Marcos porque claro, también me habían quitado el móvil porque me distraía mucho. Se lo expliqué y ví asomada a Greta. ¡Ya está! Ella sabría si Juan y Cristina estaban metidos en todo esto. Está metida en todo. Seguro que lo sabe. Entonces por la tarde fui a su casa a llamarla:
- Greta. Necesito tu ayuda.
- ¿La mía? ¿Para qué?
- A ver...- le expliqué todo.
- Ya lo sabía.- contestó ella sobervia.
- Bueno, ¿y qué? ¿Lo sabían?
- En efecto. Juan lo sabía y no dijo nada ni bueno ni malo. Simplemente pasó y se desentendió.
- Bueno entonces no pasa nada. ¿Y Cristina?
- Se enfadó muchísimo. Dijo que te estaban utilizando. Te defendió bastante.
- Vale. ¡Muchas gracias Greta!
Ya no me prestaba atención. Ya estaba vez mirando por la ventana.
Entonces salí a la calle y hablé claramente con Alicia:
- Alicia tenemos que hablar.- dije con tono enfadado.
- Vale...- dijo ella preocupada mirando a Noelia.
- ¿Quién te crees que soy?
- ¿Por qué?
- Soy un humano. Soy una persona y las cosas a mí también me hacen daño y en vez de ponerme a una que me tire los tejos vienes tu y me preguntas. Me has hecho volver a rayarme. Me has puesto aprueba sabiendo lo rayado que estaba. ¿Todo eso para qué? ¿Tú lo ves normal?
- No sé de que me hablas.
- Ví tu mensaje a Noelia de lo del plan.
Se quedó callada 1 minuto.
- No intentes buscar una escusa, dímelo y ya.- dije demasiado enfadado.
- Vale lo siento. No era mi intención que te molestases. Lo hice por mí y por ti...
- ¿Por mí? ¿Te ocurre algo? Tu te crees que soy tonto.- la corté.
Ella miro hacia abajo.
- A ver si eres capaz de volver a mirarme a la cara.
Entonces me fui y Marcos y Juan vinieron corriendo a buscarme preogupados:
- ¿Estás bien Diego?- dijo Marcos.
- Sí. Me he desahogado. Juan tú lo sabías. Habérmelo dicho tío.
- Lo siento no le eché valor.- dijo el decepcionado.
- Ya le he echado las cosas en cara. Ya me he quedado tranquilo pero aún asi, no quiero verle el pelo. Ni a ella, ni a Guadalupe ni a tu hermana, Juan.
- Mi hermana es idiota. Pasa. No se da cuenta de lo que hace.- dijo Juan dándome la razón.
Estuvimos dos o tres días saliendo solo nosotros 3 y las demás por otro lado. Cristina de vez en cuando venía a saludarnos para ver como estábamos. A ella le hablamos bien. Me da mucha pena porque está en medio pero solo serían unos pocos días. Confío en volver a estar bien con ellas. Al menos para hablar. Para ver quién tuvo la idea. Para ver quién la apoyó más. Ahora mismo, vuelto a estar como antes. Los golpes bajos me sientan muy mal. Y más cuando es de alguien en quien confías. En estos momentos. En estos dos días he vuelto a reflexionar. Y me pienso:
- ¿Qué es ahora esta chica para mi? Es la que me gustaba eso está claro. Pero, ¿es la que me gusta ahora mismo? ¿Será la que me gustará después de esto? Miles de dudas volvían a invadir mi cabeza. Vuelta a la normalidad.

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