Capítulo 8: Coche

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Llego a casa, me quito las botas y las dejo en la entrada, caminó descalzo el pasillo hasta las escaleras pero oigo a mi mamá gritar quien acababa de entrar, a lo que cual respondí diciendo que era yo. No dice más así que sigo mi camino. Subo a mi cuarto y empiezo a planear lo de la cita, cita de trabajo, claro.

Me fijo en el reloj y ya son 6:35, por lo que decido bajar para salir, llego al pasillo y le grito a mi papá pidiéndole las llaves del coche, el cual me contesta diciendo en dónde están. Paso a la sala y en la pared que pega con el pasillo de la entrada están colgadas. Las tomo y salgo. Lo bueno de vivir cerca de una ciudad tan importante como Toronto son sus bellos alrededores, es una gran serenidad, y aunque no hay mucho de qué preocuparse también tenemos agentes de tránsito, es aquí donde ustedes se preguntaran si tengo licencia para conducir y la verdad es que no. Entonces, ¿Cómo es que puedo conducir sin ningún problema? Bueno les explico, el jefe o encargo de tránsito es mi tío, ¿La familia si que se quiere no? Bueno aunque es mi tío y todo solo tengo permitido conducir a las afueras de la ciudad.

Enciendo el coche y salgo de casa. Camino a mi cita, de trabajo, mi hermana llama diciéndome que pronto llegará a casa, que se ha encontrado con un viejo amigo y que darán la vuelta. A lo que le conteste que le dijera a mamá. Al final de la llamada me encuentro fuera de la casa de mi ex-amiga. Solo hago sonar el claxon avisando que he llegado, la verdad no he visto a su familia después de lo nuestro, y la verdad no me sentiría muy  cómodo. Le envío un mensaje a su celular reafirmando que he llegado.

Esperando a que baje me pongo a pensar un poco sobre aquella chica de la cafetería, no se nada de ella, y es muy rara, rara en verdad. Supongo que nueva, bueno es de nuevo ingreso, nunca la había visto, aunque ahora que lo pienso veo poco a las personas, si es verdad que soy observador, pero no me fijo mucho en las personas como tal.

Checo de nuevo mi cel para ver si me ha contestado algo, hasta que veo que sale de su casa casi corriendo, se sube y cierra la puerta, me saluda de beso en la mejilla y me sorprendo un poco.

-¿Listo?-, pregunta ella, -Sí- respondo...

Me fijo un momento y mira que en verdad se ve bien... ¿Será que se arregló demasiado solo por le he invitado de nuevo? No que va, creo que se ve mejor, mucho mejor diría yo, en fin, sigamos.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2018 ⏰

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