¡Han ganado!
¡Lo ha conseguido!
Nate ha anotado justo en el último momento. El balón toca el césped en el mismo instante en que suena el pitazo final. Todo ha ocurrido muy rápido. Me cuesta unos segundos analizarlo.
- ¡Los Bruins son los nuevos campeones! - Se escucha decir al narrador por los megáfonos de cada rincón del campo. - Esto es increíble señores. El joven Grey ha logrado anotar en el último segundo. Siendo esté el final más asombroso y el mejor cierre de temporada que se ha podido dar. ¡No aparten los ojos de este chico! - Gritos y vítores crean cacofonía con las palabras del narrador. - ¡Los Bruins repiten título! -
¡Mi chico es famoso y popular!
- ¡Si, si, si..! - Grito mientras me cuelgo del cuello del padre de Nate y el me abraza de vuelta feliz y riendo. ¡Santa vaca, quien pensaría que esta imagen sería posible!
Las gradas están enloquecidas y todos se desbordan en gritos y aplausos. El equipo entero corre a festejar con Nate y a llevarlo en brazos. Rompo el abrazo y veo como unas escasas lágrimas brillan en los ojos del señor Grey. ¡Que si tiene corazón! ¡Se derrite el iceberg de hielo que ocupaba un gran espacio en su pecho! Ok, puede que esté exagerando. Pero... Libre es... Libre es... No puede ocultarlo más.
- ¡Vamos a felicitarlo! - Antes que si quiera le dé chance a reaccionar o procesar lo que he dicho, lo tomo de la mano y nos guío hacia las escaleras. Estás ya están llenas de personas que celebran entre sí, y otras tantas, que al igual que nosotros quieren bajar al campo a celebrar y felicitar a los chicos del equipo.
¡Ah no, eso sí que no... A Nate lo felicito yo antes que todos estos!
- ¡Permiso, permiso! Chica con vestido amplio abriéndose paso. ¡Permiso! - Voy recitando mientras algunos se apartan y a otros los aparto. ¡Eso sí, sin nada de fuerza bruta! No sé porque siempre piensan lo peor de mi.
Ya faltando los últimos escalones para llegar al campo y poder reunirme con Nate. Él sale del montón donde se encuentra rodeado por sus compañeros, y sus ojos se encuentran con los míos. Le sonrio. Un chico tira del cuello de Nate desde atrás y es cuando me doy cuenta de que es Ethan. Ambos se funden en un fraternal (y un poco femenino) abrazo. ¡Ese es un romance en potencia!
Ethan le susurra algo al oído y antes de alejarse del todo, me mira y luego le hace un gesto a Nate; que él no duda en responder con esa enorme y brillante sonrisa de niño grande que tiene. ¡Suspiro, suspiro, suspiro!¡Que suene la música!
¡Que suelten los fuegos artificiales!
¡Que canten los ángeles!
Aquí viene el momento épico y esperado por todos.
¡Ha llegado la escena esperada por todos los fanes!
O al menos por mi...
Ya se que estoy exagerando, pero ustedes solo imaginen.
Nate comienza a caminar hacia mi encuentro y como si de Moisés se tratara, la marea de persona se abre hacia los lados ante su caminar. Y...
¡Pum!
¿Que creen que pasa?
Que me enredo con la parte baja del vestido y caigo tendida en el suelo. Dándome muy poco tiempo de poner las manos frente a mí y poner algo de separación entre el suelo y yo. ¡Oh sí, este es el momento esperado siendo yo quien soy!
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NO ES UNA RUBIA MÁS
HumorQue su rubia cabellera no los engañe. Una vez que conoces a Maddison Leiks, los problemas te perseguirán y las situaciones menos pensadas te pasaran. Y sino lo crees, pregúntale al pobre Nate; que solo por estar en el momento y lugar equivocado, cay...