La Señora Norris

Capitulo Único.

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Hay cientos de personas que se realizan el mismo tipo de pregunta ¿Quizás si yo fuera...? Nunca se atrevieron hacer ese algo y dejaron una página sin concluir en el libro de sus propias vidas.

La señora Norris había visto, cachado y espiado a muchos alumnos del colegio por las noches en los pasillos, junto a su amo Argus Flich, habían impuestos más de un castigo, habían logrado someter y chantajear a muchos estudiantes, siempre maullaba en la oscuridad logrando alertar al conserje sobre cualquier ruido que escuchase, sus ojos rojos y pelaje atigrado era reconocido por muchos pero su intento de escapar casi siempre fallaba.

Ella en su vida animal y viviendo como la mascota de un colegio, prácticamente, conocía a la perfección cada uno de los pasillos ocultos que escondía el castillo, había visto parejas besarse en cada esquina, había descubierto ha varios alumnos que habían intentado colarse en la zona prohibida de la biblioteca, incluso casi tuvo la suerte de atrapar a Harry Potter, juro haberlo visto, pero él de pronto desapareció. Maulló aborrecida por el acto, por haberle fallado a su amo, lo que más le causa emoción a la gata era encontrar alumnos llorar escondidos, a los cual por algún motivo nunca delataba. Siempre supo que esas gotas que salen de los ojos de los humanos son productos de algún dolor, siempre veía a su amo llorar por la noches y hablar cosas sin coherencia alguna para ella, observo al joven rubio en el baño de la fantasma llorona, apoyado sobre los lavaderos se acerco cautelosa de no hacer ruido y confirmo lo que sospechaba, el pequeño arrogante que ella conocía estaba llorando, el hijo del hombre con largos cabellos rubios Draco Malfoy, sintió pisadas acercarse y como lo sabe hacer se escondió tras uno de los baños, el olor ha avellanas delataba su parecencia, la amiga de Potter se acerca, la linda castaña con cabellos alborotados, escucho como el paso de la chica se detuvo en seco.

── Malfoy ── Pronuncio tratando de acertar sus palabras ── ¿Qué haces aquí? ── Pregunto una vez sabiéndose en lo cierto.

── No ¿Tú que haces aquí sabelotodo? ── Interrogo él bañando su cara con agua.

── Te recuerdo que este es el baño de niñas.

── Pues yo te recuerdo que esta fuera de servicio, además ── Agrego ── Yo llegue primero ── Se dio vuelta encarándola.

── ¡Que excusa más estúpida! ── Exclamo la chica cruzando sus brazos a la altura de sus pechos.

── ¡Que sabelotodo más insufrible! ── Objeto él en el mismo tono, ella frunció el entrecejo.

── ¿Estabas llorando? ── Cuestiono ella examinado las fracciones del rubio y acercando su paso.

── No ── Respondió él con seriedad, camino dispuesto a salir del baño pero se detuvo al lado de la castaña ── Con la boca cerrada, Granger, te ves mas agraciada ── Susurro en tono neutro abandonando por completo el espacio, ella parpadeo varios segundo y cuando miro hacia la puerta pudo observar a la señora Norris, salir del baño.

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Su madre sabia la misión que le habían encargado, aborrecía a su padre con todo su ser, llego hasta el punto de avergonzarse de su apellido, pero tenia que cumplir esa misión, no le importaba morir en el intento, necesitaba salvar a su madre, ella era todo para él, la única mujer que ocupaba llanamente su corazón, no era capaz ya varios meses de conciliar el sueño la cama ya era su lugar de realizar estrategias, se levanto de ella y bajo a la sala común.