Esperar después de amar.

Lo puedo esperar.

-Amadeo mirá yo preciso trabajar.

-Lucia dime un monto y te lo doy, y tu y el niño no aparecen jamás.

Quería llorar, no podía respirar, tenia el vientre duro y me quemaban los ojos, quería llorar y tirarle con todo, gritarle que lo amaba como nunca, que amaba a nuestro bebé, que lo odiaba mucho por no contarme que estaba por casarse, que me había enamorado, que soñaba con que el bebe se pareciera a el, quería que me abrazara, que me subiera al escritorio como casi todos los días y me lo hiciera como un animal, con ganas, como una bestia hambrienta, quería que fuera suave y que acabara dentro, porque así marcaba territorio, quería todo con el. Quería llorar por estar tan lejos de casa, y llorar por ser tan boba, llorar hasta secarme, hasta hacerme una bolita. Quería ver a mi abuela y que me leyera frente a la estufa, tomar la leche como lo hacia de niña y dormir en sus brazos, sentir sus manos calentitas en mi rostro y mi pelo, recostarme en su pecho y dormirme con el sonido de su corazón, quería sentir su olor y llenarme de ella, contarle que iba a tener un bebe y estaba re cagada del miedo.

No me iba a permitir olvidarme de esos días, en el fondo me ayudaban. Sentí el olor del café, Marta lo estaba haciendo, de seguro ya encontró que le deje las porciones de bizcochuelo de naranja sobre la mesa, para el desayuno.

Ella era mi amiga, también ¨trabajaba¨ para mi desde hacia mas de veinte años, era como tener una madre en casa.

Mi nudo en la garganta ya casi estaba desapareciendo y la luz del sol ya casi llenaba la habitación y la entibiaba. No me iría jamas de Chile.

Me levanté y fui hasta la ventana, admirando el océano, respirando profundo con ganas, fue difícil conseguir esta casa, difícil comprarla, difícil seguir en ella una sola mujer, de vez en cuando sola. Fui a vestirme para desayunar al balcón con Marta.

Estaba fresco , igual agradable, me había puesto un short de jean ya viejo y gastado y una camisa blanca de hombre, que era de él, cada vez que lo extrañaba, la usaba, para sentir su fresca fragancia, y volver a tenerlo en mis brazos. Tomaba mi café con calma, despacio, saboreando cada trago, mirando el diario, Marta frente a mi estaba nerviosa, y no había tomado su avena, ambas estábamos tratando de asimilar lo que estaba por pasar.

-Esta por llegar, en cualquier momento llega Lucia vas a ver.

-Ajá.

-El vuelo llegó en hora, lo se muy bien.

-¿Como lo sabes?

-Llamé al aeropuerto Lucia, antes de llegar los llame y averigüé.

-¿Con que necesidad Marta?

-Quería saber si estaba todo en orden, y si estaba, esta todo bien, ya va a llegar, falta poco.

La mire, ella jugaba con la avena y se miraba las manos, cruzaba las piernas, y se acomodaba el pelo, miraba el cielo y la puerta, y ante el mínimo ruidito se exaltaba, y otra vez el nudo en la garganta.

Ernesto entró en la oficina mientras hablaba con Amadeo, abrió la puerta de un golpe, hizo un gran estruendo, enfurecido, con los ojos inyectados en sangre, le brillaban y estaban negros, tenia toda la frente arrugada, y por las comisuras de la boca bajaban unos pequeños hilos de saliva, que se mezclaban en su tupida barba gris, que solo dejaba enseñar sus dientes amarillos, parecía un perro rabioso.

-No lo vas a tener zorra.

Me dijo, y solo pude emitir un pequeño quejido, temblaba del miedo, y mire a Amadeo que al igual que yo estaba asustado después de semejante escena la de su padre al entrar así en la oficina, de un golpe el gordo cerro la puerta.

Se iba acercando a mi, con esa enorme panza por delante, y esas grotescas manos echas puños a los lados, acercaba su cara a la mía, fumaba unos cigarrillos asquerosos, que tenían un olor fuertisimo, me provocaban nauseas, sentía todo un escalofrió por la espalda, las piernas débiles, los brazos muy doloridos y la vista empañada.

-¿Me escuchaste zorra?- Sentí sus manos en mi cuerpo, la derecha en mi cuello, y la izquierda en mi brazo derecho.- Sos una puta!! una puta si piensas que vas a sacarme algo de plata, si crees que  mi editorial va a ser tuya, zorra!! yo sabia que me ibas a traer problemas, ¿Piensas que yo puedo caer en ese truco?