“Bienvenidos a Patitos brillantes”
—¿Me trajiste a un grupo de apoyo? Mira que nombre tan ridículo, vaya sorpresa —bufé molesto.
—Harold, necesitas ayuda.
—No Boone, no la necesito.
—Claro que sí, vamos, confía en mí.
—Habrá personas ahí dentro, no quiero hablar con nadie, no ahora... Ni nunca, yo me largo.
Boone apretó mi mano.
—¡Harold Miller! Entraremos juntos, te amo —exclamó imitando a Brandon de nuevo.
—Te dije que no.
—Venir a este grupo, nos ayudó mucho a Victoria y a mí, si no me crees llámala y pregúntale; aunque no creo que te conteste, justo ahora debe estar sobre la pasarela.
—No lo sé, tengo miedo.
—Da el paso, mereces ser feliz, con o sin Brandon.
—No sin él.
—Tu felicidad también importa, no te olvides de ti mismo.
Guardé silencio y Boone me llevó hasta la puerta de ese pintoresco edificio.
—No quiero entrar —mascullé.
—Vamos, te gustará ser un patito brillante.
—¿Qué dices?
—Entra, por favor —insistió.
Quise devolverme cuando entré a la recepción adornada con plantas artificiales y mensajes cursis de motivación.
—No necesito ayuda, me voy de aquí.
—Reconocer que necesitas ayuda es el primer paso para ser un patito brillante.
—Ok —resoplé— no quiero ser un patito brillante, pero necesito ayuda —admití un tanto apenado.
—Eso servirá, ahora vamos —dijo y me llevó hasta un elevador.
—¡Qué! ¡No! —solté su mano.
—¿Qué sucede Harold?
—No entraré a ese elevador, mucho menos si usas la ropa de Brandon Hart ¿Acaso quieres que reviente a llorar aquí?
—Iremos por las escaleras entonces —se encogió de hombros.
—Te lo agradezco —hablé entre dientes.
Subimos hasta llegar a un enorme salón, en el que hay varias personas sentadas y forman un círculo.
Los gemelos White están aquí, ellos agitan sus manos para saludarnos.
Todos nos miran al notar que Boone y yo estamos tomados de la mano, en especial una señora de raza negra y enormes gafas.
—Boone, bienvenido.
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Tigre de Loto
RomantikSecuela de «Elevador de Nubes» Harold Miller está enamorado, su novio claustrofóbico es una parte importante de su vida pero en ocasiones le hace perder el control. Por suerte, Harold es un Tigre de Loto que no deja de mirar las nubes; también es es...