Capítulo 14 | Mi amiga

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Mis movimientos son pocos y el frío ya hizo estragos en mi cuerpo; no puedo hablar, la voz no me sale por más que lo intente.

Con la vista borrosa, puedo ver una foto de Rick en el celular, él me está llamando; ni siquiera puedo mover mis dedos para contestarle.

Porque la vida me ha reducido a esto… Soy una cara bonita con varios moretones, también soy el incesante temblor de mis extremidades que aunque no se siente, sigue presente, no puedo explicarlo.

De repente escucho el motor de un auto y unos tacones resonando…

—¡Harold! ¿Quién te ha hecho esto? —gritó Victoria soltando el llanto.

—Vic... Victoria, vi vi... viniste —tartamudeé y me sorprendí al notar que me quedaban fuerzas, aunque fueran muy pocas.

Ella me abraza y al instante percibo el aroma a frambuesa de su perfume, sus lágrimas caen sobre mí, mientras yo observo el cabello castaño que cae como cascada sobre sus hombros.

—¿Quién te golpeó de esa manera? —pregunta con esa voz un tanto chillona que la caracteriza.

No respondo nada, no quiero esforzar mi voz, estoy tan cansado, tan destruido.

Una bufanda color rosa envuelve mi cuello, noto que se complementa con la gabardina del mismo color que ella trae puesta.

—Te levantaré, recuéstate sobre mi hombro, no hables si no puedes hacerlo, todo estará bien Harold, lo prometo.

—Grac... gracias.

Caemos sobre el duro suelo pues Victoria usa tacones y se le dificulta cargarme.

—Lo siento Harold, no debí traer tacones a un lugar como este —me levanta nuevamente y con dificultad me lleva hasta a su auto; un Rolls Royce rojo.

Me siento inútil, ni siquiera puedo colocarme el cinturón de seguridad.

—Yo te lo pondré amigo, tranquilo —dice con la voz quebrada y suelta el llanto de nuevo.

—Estaré bien —le digo en un hilo de voz.

Una frazada me envuelve y parece calmar el temblor en mi cuerpo, aunque no sea del todo.

Ella toma el volante y seguido acaricia mi rostro golpeado.

—Saldrás de esto, el sol saldrá para ti de nuevo, te quiero mucho Harold.

Su comentario reconfortante también logra ponerme sensible y varias lágrimas salen sin que pueda controlarlo.

Guardé silencio hasta que tuve las fuerzas suficientes para hablar con normalidad.

—¿Dónde está Boone? —pregunté mientras ella buscaba en su celular la ubicación del hotel más cercano.

—Está durmiendo en la mansión, mañana tiene un evento en el estudio fotográfico.

Tigre de LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora