Total Despair [Total Drama]

Prólogo: Bienvenidos a la escuela de la desesperación/ Parte 2

Ahora decidí ir hacia con un chico pelinegro de piel morena el cual portaba una playera al estilo uniforme de futbol americano

— Emmm... h-h-ho... — Justo cuando le iba a hablar, este me interrumpió

— ¿Quién eres chico raro? — Me miro con una expresión de extrañeza provocando que me intimidara un poco — No eres tan bueno para hablarle a Sha-Lightning — Volvió a hablar y se empezó a besar sus músculos

— Eres el presumido definitivo a lo que estoy viendo — Le hable de manera muy burlona y este me miro con un poco de molestia

— Para tu información enano, yo soy el jugador de fútbol americano definitivo, el sha-mejor en todo el mundo

Volví a recordar lo del foro y la información correspondiente a él, Lightning es un gran jugador de fútbol americano, su gran fuerza es algo inimaginable, su padre es el mayor entrenador del deporte con la pelota ovoidal, a pesar de ser el mejor jugador de americano en Canadá y haber ganado más de diez torneos y ser el culpable de romper muchos huesos de otros jugadores del ya mencionado deporte, ha causado que tenga un enorme ego arruinando de poco a poco su fama

— ¿El mejor del mundo? — Le vi con un rostro de duda

— Claro que si sha-idiota, estás hablando del gran Lightning — Me miro con algo de enojo volviendo a presumirme de su persona

— Es que ni siquiera sales en el apartado de deportes — Oculte mi risa ya que le estaba jugando una broma

— ¡¿Sha-qué?! — Se sorprendió por lo que le comente

— Al parecer ni en tu casa te conocen — Las palabras que salieron de mi boca provocaron que el moreno saliera corriendo en busca de atención, en si es un gran idiota

Voltee a ver a mi alrededor y una peli morada me observaba fijamente... ¡cielos! Estoy un poco asustado.

— Emmm... ¿E-Estas bien? — Le pregunte para que se diera cuenta que yo ya sabía que esta me observaba desde hace un buen rato

— Oh chico Cody... — Se me quedo viendo aún más fijamente mientras esta se mordía el labio inferior

— ¿Me escuchas? — Intente saber que pasaba en su mente, esta no reaccionaba

— Llámame Sierra, mi querido — Seguía un tanto extraña la chica y cada vez más conseguía aterrarme