Capítulo 8

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Hola!!! Gracias a todos quienes siguen esta historia. 

Perdón por demorarme pero casi no tengo tiempo de nada!!! Lo juro!!

Espero lo disfruten ;) 

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Ese sábado Steve tenía un dolor de cabeza horrible, por primera vez en la vida el alcohol le había afectado, se prometía a si mismo no volver a embriagarse de esa forma, aunque lejos lo más bochornoso había sido mandarle esa romántica y mal cantada canción a su amor. Se sonrojaba de sólo recordarlo.

Esa tarde mientras hacia las compras en el supermercado, a lo lejos pudo ver como Tony estaba con su nuevo novio, comprando cosas que parecían para una fiesta, se deprimió levemente al recordar como era comprar cosas con su castaño. Lo divertido que podía llegar a ser y sobre todo las caras de cachorro triste que Tony le hacía cada vez que él le prohibía llevar alguna comida basura, finalmente cediendo a todos sus caprichos.

Por un instante pensó en huir del lugar, pero pensándolo bien, entre antes de acostumbrara sería mejor, ya que después de todo no tenía muchas opciones de volver a lo de antes, y al menos le gustaría ser amigo de Anthony y para eso debía soportar a su nuevo novio. Le mandó un mensaje a Wanda y Natasha pidiéndoles su "noche de chicas", ya que necesitaba hablar con alguien, pues si estaba sólo sabía perfectamente que se dedicaría a desvelarse pintando a Tony y llorando por todo lo que había perdido, al menos las chicas lo abrazarían cuando llorara.

Ambas aceptaron de inmediato, quedaron de juntarse en la casa de la pelirroja, para lo cual Steve sería el encargado de llevar comida y alcohol. Estaba en el pasillo de las cervezas cuando sin querer chocó con alguien, de inmediato se disculpó y gran fue su sorpresa al encontrarse nada más que con Peter Quill, casi botó las latas por el asombro. Bajo su mirada pues se encontraba muy dolido y avergonzado por la vez anterior en que se habían encontrado, nuevamente pronuncio un – disculpa - pero esta vez añadió un – por lo de la otra vez – y a continuación se dispuso a marchar cuando antes de ese lugar, pues no quisiera encontrarse con Stark, no sabía cuando podía durar sin quebrarse.

Pero no pudo lograr su objetivo, pues alcanzo a dar dos pasos, cuando escuchó la cantaría voz de Tony quien llamaba riendo a un tal "Star-lord", el cual ante el llamado se giró para atraparlo con sus brazos, tomarlo de la cintura y depositar un suave beso en la mejilla del más bajo, quien no entendía el porque de sus acciones, hasta que levanto la vista y notó la presencia del rubio, quien tenía cara de estupefacción, rápidamente este le dedico una media sonrisa y se fue apresurando el paso.

Tony había quedado congelado y fue sacado de sus pensamientos, cuando Peter le preguntaba si estaba bien, a lo que sólo contesto asistiendo con la cabeza. Había temido por días con este encuentro y todos los posibles escenarios que había imaginado era mil veces que el anterior, y aún más si se incluían a Peter en esta actuación. Pero en vez de recibir miradas de odio o enojo, más al verlo con otro hombre, sólo recibió la mirada dolida de Steve y una falsa sonrisa, lo conocía muy bien, para saber que lo que había presenciado no había sido más que una mueca, y que su amor en esos momentos casi lloro frente a él. Se le partió el alma, no le gustaba hacer sufrir a Steve, pese a que en un comienzo había sido su propia idea vengarse por todo el dolor que le había causado.

Steve dejó sus compras y se fue del lugar, no podía estar un minuto más ahí, pues sólo la probabilidad de volver a topárselos le hacía doler el pecho, sin que se lo permitiera unas lágrimas traicioneras se le habían escapado.

Llegó más temprano de lo acordado a la casa de la pelirroja, pues si iba a su casa, sabía que no saldría de allí nunca más. Sonrió al notar como una desaliñada Nat le abría la puerta, se encontraba en un pantalón de yoga, un polerón mínimo tres veces más grande que ella y sus rulos recogidos en una extraña coleta.

Confianza Rota (STONY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora