- Dios loco, como lo amo.- repetí por enésima vez.
- Callate un poco flaca, cincuenta veces me repetiste lo mismo.- contestó mi amiga.
- ¡Diseloooo!- exclamó Alejo y todos hicieron silencio.
- Permiso, quiero ver a mi futuro esposo.- susurré yo mientras empujaba a quienes tenía delante.
- Yaki Sieras.- respondió el chico que estaba a mi lado.
- Eu, no saltes que no hay charquito.- le dijo mi amiga a lo que el pibe se rió.
Estábamos en el Quinto Escalón, habíamos llegado a eso de las tres de la tarde para poder ver las clasificatorias.
Mi mejor amiga y yo estábamos en una de las rondas, en la B, porque ella se había anotado para participar, aunque yo sé que va a perder.
- Me tiemblan las piernas boluda.- me susurró.
- Callate que está rapeando mi novio.- contesté yo.
- Para fan.- me dijo riendo ella.- Salgo un poco de acá, me mata tanta gente junta. Llamame si me nombran.
Dirigí toda mi concentración a la batalla que tenía en frente.
Ecko contra un flaco que calculo que era la primera vez que competía, básicamente lo hizo pollo.
Así de rápido, igual que como le ganó al pibito, Ecko salió rajando para arriba del escenario.
- ¡92! ¡93! ¡94! ¡Y 95! - gritó Alejo.
- Decí que estaba cerca.- comentó mi amiga pasando a mi lado para llegar al centro de la ronda.- ¿Te vas a quedar?- preguntó mirándome con algo de miedo.
- Obvio mi amor.- le contesté dándole una sonrisa para reconfortarla.
Sonrió y fijó toda su concentración en sus oponentes.
Los tres chicos con los que le había tocado competir no eran conocidos, supongo que estaban en la misma condición que ella, competían por primera vez.
La batalla venía bastante jodida. Los tres wachos la atacaban con lo mismo, su físico y que era mujer, algunos forros se los gritaban un poco, pero los acotes de ella eran muy buenos.
- Agredís a una mujer, tan macho que te crees, ¿pensaste que iba a perder? El culo te acabo de romper.- contestó ella y el público explotó.
- ¡Tiempo!- gritó Alejo.- ¡Pasa Shiva!
Mi amiga salió corriendo para abrazarme y festejar juntas, aunque fuimos interrumpidas segundos después.
Frente nuestro había un tipo de la empresa Tech, los de seguridad.
- Vení por acá, ya está por arrancar.- dijo posando su mano en el hombro de la morocha.
Ambas caminamos siguiendo al tipo hasta el vallado, donde él abrió y, sin darme tiempo a pasar, cerró.
- ¿Ella no puede entrar conmigo?- preguntó mi amiga con ojos esperanzados.
- No, disculpá, son las reglas que nos pusieron.- se disculpó el tipo yéndose hacia la esquina de la valla.
- Te juro que cuando no me toque competir voy a venir para acá.- dijo ella mirándome nerviosa.
