23. Los tres puntos de la muerte [1/2]

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¡Hola! Antes de empezar el capítulo quería decirles que habrá un pequeño spoiler del anterior capítulo de Killing Stalking. Yo pondré un °|||° para avisar cuando. Nos leemos más abajo y, ¡Disfruten el capítulo!

 Nos leemos más abajo y, ¡Disfruten el capítulo!

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"¡Yuuri!"

"Viktor, ¿qué pasa?"

"Me preguntaba si ayer por la noche, ¿soñaste conmigo?"

"¿Por qué preguntas eso?"

"Curiosidad, duh."

"Y, ¿esperas alguna respuesta?"

"Pues sí, por eso pregunté. Yuuri, ¿En serio tú eres el cerebrito?

Hey, responde

Por favoooor.

Bueno, no me respondas esa pregunta, respóndeme otra.

Andaaaa."

"¿Cuál?"

"Sabía que la curiosidad te vencía, cómo a mí.

Cómo sea, ¿Cuándo sacas a pasear a tu perro?
Ja, no lo noté, es una nueva versión de ¿a qué hora sales por el pan?"

"¿Eso a qué viene?"

"Sólo quería salir contigo, ya sabes, por lo que te dije ayer."

"¿Iba en serio?"

"Sip, y, aprovechando, ¿quieres ir hoy por la tarde al parque para pasearlos juntos?"

Yuuri tardó unos segundos en reaccionar, y para cuando lo hizo, tenía sus mejillas enrojecidas. Paseó su mirada de la mesa en la que estaba recargado hasta sus manos, en donde estaba el pedazo de papel por donde se hablaban. Se tragó los nervios y se atrevió a girar, quedando de frente a Viktor y recibiendo una sonrisa. Frunció el ceño, sin devolverle el gesto y sus ojos ahora fueron a parar en las casi imperceptibles ojeras debajo de sus ojos, que, además, ese día no brillaban tanto. El cerebro de Yuuri pareció convertirse en una máquina al ver que la comisura de los labios ajenos flaqueaba, como si Viktor estuviera sonriendo falsamente. Tragó saliva, creando muchas teorías en su cabeza, tantas que creía que su cerebro iba a estallar.

Se preguntaba qué tipo de problema era tan grande como para que Viktor, el chico más alegre que había conocido -sin contar a Pichit, quien parecía no tener ningún límite de alegría- estuviera así de apagado. ¿Problemas familiares? ¿Legales? ¿Románticos? De tan solo imaginar a Viktor detrás de unas rejas o en una habitación llorando por su corazón roto, le dio un escalofrío.

Algo en su interior le decía que debía de hacer algo para ayudarlo, como Viktor lo había hecho con él, pero decidió no meterse en sus problemas. No quería meter la pata, como siempre hacía.

Yuuri, ¿Me pasas la tarea?; Viktuuri/Omegaverse. [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora