32. Cuando la ciudad está dormida

2.8K 416 249
                                    

Quiero dedicar este capítulo a las siguientes personas, por darme de su amor y preguntar por la dedicación en uno de los capítulos anteriores:

AriaEncantoSmr 💚
EsperanzaFou 💙
feelingscolors 💚
ElCuloDeYoonGibb tus comentarios me matan 😂😂
Larry012425 💚💙
Soulxphantom ❤️
Samgwoo_10 💚
MielDiaz 💙
glagla20 💚
readingfananime 💚
NekoShira93 💙
CiielPhantomhive 💚
FershaSparadise 💙
Y, eso es todo. Muchas gracias por todos sus comentarios, les amo y espero disfruten el capítulo <3

"When the sun goes, I know that you and me and everything will be alright. And when the city's sleeping, you and I can stay awake and keep on dreaming."

Mi móvil sonó a media clase, borrando cada atisbo de atención que había logrado poner en la explicación de la Teoría de la conspiración

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi móvil sonó a media clase, borrando cada atisbo de atención que había logrado poner en la explicación de la Teoría de la conspiración.
Sin pensarlo, lo saqué del bolsillo de mi pantalón y giré un poco la mirada hacia adelante, topándome con la cabeza de Viktor. Había sido todo un problema para mí llegar y verle sentado ahí, sin siquiera dirigirme la mirada o saludarme como siempre hacía. ¿Estaría enojado? Esperaba que no. Tenía ya demasiados líos en mi cabeza por la charla que compartí con Pichit ayer como para enfocarme en pedirle disculpas.

De hecho, ni siquiera había podido dormir un poco. Después de haber planeado la pequeña sorpresa para Yuri por su cumpleaños (que consistía en ir a un bar de la ciudad, al que su amigo alfa frecuentaba y en donde Pichit tenía amigos) no volvimos a tocar el tema. Sin embargo, mi mente no pudo dejar de trabajar hasta altas horas de la madrugada por él. Y es que, en verdad, nunca había estado tan confundido.

No sabía cómo interpretar su beso, no sabía cómo interpretar sus tantos comentarios lindos que me hacían sonrojar. Mas ya sabía que yo estaba cayendo por ese alfa y no tenía escape. Era como si, finalmente, aceptara que yo sentía algo por el ruso de ojos hermosos.

A mí me gustaba Viktor. Mucho.

Y eso era malo. Demasiado, en verdad. Porque, cuando yo comenzaba a darme cuenta de lo que sentía, de que estaba tomando cariño, ese sentimiento se esfumaba con rapidez. No quería que eso pasara con él. Porque nunca me había sentido así: tan vivo, nervioso y acalorado. Mi omega nunca había visto a otro alfa como a él, nunca se había agotado así y, claro, nunca me había hecho soñar con alguien como con él.

Yuuri, ¿Me pasas la tarea?; Viktuuri/Omegaverse. [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora