Todo puede suceder...

Cap 12

Amanecí abrazada por Shori y tenía demasiada pereza de levantarme, pero tenía que ir a ver como estaba mi novio, salí a la sala a hablar por teléfono al hospital, me dijeron que Kento seguía dormido y que estaría así hasta mediodía, momento en el cual el doctor retiraría la medicina que le estaba dando y él despertaría más tranquilo. El diagnostico no lo entendí mucho, pero tenía que ver con estrés y cansancio acumulado y por eso lo tenían sedado. Me volví a acostar y Shori me volvió a abrazar, ¿pensaba que era Sakura o estaba consciente de que se trataba de mí?

Las últimas tres semanas se habían pasado volando, después del día que dormí con Shori no volví a saber nada de él y hasta la fecha seguía igual, en el trabajo no hablábamos, pero al menos sabía que estaba con vida. El día de su cumpleaños Sakura lo monopolizó así que fue imposible felicitarlo, eso y que ya nunca contestaba cuando yo le hablaba o escribía.

Kento tuvo que bajar ese su ritmo de trabajo que tenía, ambos sabemos lo masoquista que es él con el trabajo, pero no podía permitirle algo así a mi chico, no si quería que estuviera sano siempre. Me había dicho que esta noche iríamos a una fiesta de la universidad, al parecer era de mi facultad y yo no tenía ni idea, tampoco sabía cómo se había enterado él, pero ni modo.

Aún faltaban 2 horas para esa fiesta y yo solo quería dormir, Kento se había ido a ver a sus papas porque no recuerdo la razón que me dio, pero se fue. Me acomode en mi cama y puse la alarma, dormiría una hora y todo estaría bien. ¿Cuánto llevaba sin dormir? En esta semana solo había dormido 17 horas y eso era preocupante, por eso siempre me sentía débil y mareada. Dejé el celular a un lado y me dormí, cuando desperté el reloj marcaba las 10:30 PM y Kento estaba frente a mi cama con cara de enojado, suspiré

Emi: deje la alarma puesta y podría jurar que no sonó

Kento: la acabo de apagar

Emi: ¿a qué horas era la fiesta?

Kento: a las 10, solo te has dormido 30 minutos más

Emi: la verdad la alarma era a las 9 - me estiré y bostecé - lo siento

Kento: ¿cuánto has dormido?

Emi: ¿mmm 2 horas? - dije dubitativa

Kento: en la semana

Emi: contando las de ahorita, 19 horas

Kento: ¿porque has estado yendo al trabajo?

Emi: porque soy una chica responsable - pase a su lado y me vi en el espejo, no tenía muy buena pinta - si me disculpas me gustaría arreglarme un poco

Kento: arréglate, esperare acostado - besó mi frente y se tiró a la cama - no vayas a ir tan linda, me pongo celoso y lo sabes

Emi: iré en vestido - él puso los ojos en blanco y se quedó dormido mientras yo me alistaba

A las 11 estaba lista y Kento estaba dormido, me senté a su lado y le di un piquito. Era tan guapo y aun así no terminaba de enamorarme de él; tenía ojeras y es que a finales de año todo era más pesado para ellos, bueno, desde julio lo era, pero no quería que volviera a pasarle lo mismo. Cuando volví a verlo, él me estaba observando mientras sonreía, hizo una mueca y se levanto

Kento: ¡vámonos princesa!

La fiesta era en una residencia muy grande, quien sabe de quién. Kento seguía sin decirme como se había enterado, a lo lejos me pareció ver a Fuma con una chica? ¿De qué me había perdido? Entramos y todo tenía un toque barroco, desde los muebles hasta las cortinas del lugar, el espacio estaba iluminado por luz ambiente y el blanco hueso de las paredes daba un tono un poco más sobrio, me gustaba este lugar. Kento apretó mi mano al ver que me estaba empezando a sentir incomoda, la música estaba alta y era un poco difícil caminar entre tanta gente