Cap 15

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En cuanto llegué a mi casa lo primero que hice fue revisarme bien, mi papá tenía que tener en algún lugar jabón yodado y lo necesitaba. Grité mientras me limpiaba y es que en verdad me ardía. Me tiré en mi cama a leer, mamá me habló y le dije que aun dormiría donde Fuma. Ella pensaba que no era bueno evitar a Kento y Shori, pero ella no sabía detalles importantes de la relación con ambos. Escuché un ruido y me asusté, detestaba quedarme sola y que me asustaran, volví a escuchar el golpe y caí en cuenta de que era la puerta principal. Abrí de mala gana sin preguntar quién era

Emi: ¿es en serio? - dije al nomas abrir - puedes irte Shori - la puerta estaba entreabierta y a juzgar por la expresión de Shori o se había venido corriendo o había estado haciendo algo más para verse así de sudado y cansado

Shori: pero... - cerré la puerta y di media vuelta, de regreso a mi habitación - quiero hablar contigo

Emi: ¿no había cerrado? - dije asustada mientras volví a verlo

Shori: mmm me parece que no pero porfa

Emi: ¡no! no quiero verte

Shori: entonces cierra los ojos mientras te digo algo

Emi: tampoco - me sonrojé al recordar la noche que estábamos en mi sala y había cerrado los ojos cerca de él - en definitiva, no

Shori: está bien, me voy - agacho su mirada y un pedazo de mi corazón se rompió

Emi: descansa pequeñín - seguí caminando hacia mi cuarto

El suelo estaba a escasos centímetros de mi cara, ahogué un grito y sentí la vibración de su cuerpo en mi espalda. Me tenía muy bien sujeta así que sabía que sería imposible golpearme, hice una mueca de dolor debido a mi pie

Shori: hahaha ¿en serio creías que me iría tan fácil?

Emi: esperaba que sí, pero mira, me estas lastimando y no quiero ver más sangre saliendo de mi cuerpo

Shori: gomen - me puso bien de pie y luego me tomó en brazos - ¿adónde la llevo su majestad?

Emi: a mi cuarto, si quieres hablar está bien pero no dormirás aquí

Shori: entendido - asintió y nos fuimos al cuarto

Me deposito con delicadeza en la cama y se sentó a mi lado, sonrió de manera adorable y quise matarlo por eso. Debía disculparme con Fuma, pero no sabía cómo hacerlo, no era buena pidiendo disculpas. Shori estaba trazando quien sabe que en mi cama y por momentos sentía su mirada clavada en mí, que le pasaba? Usualmente yo era la mala con las palabras...

Emi: ¿qué sucede? - ya no aguantaba el silencio en el que nos encontrábamos

Shori: perdón - se encorvó un poco - por lo de tu pie - asentí

Emi: oye, esto está siendo incómodo. ¿Sácame de una duda sí? ¿Por qué cortaste con Sakura? Y no digas por mí

Shori: etto... - se puso a jugar con la punta de su cabello mientras mordía su labio, me parecía haber visto eso antes

Emi: ¿no estas actuando como yo?

Shori: exactamente - rió y el sonido de su risa fue maravilloso - usualmente te pones así cuando algo te incomoda

Emi: ¿estas incomodo?

Shori: cuando entré tenías la vista clavada en el basurero, no creo que estuvieras consciente, pero pellizcabas tu labio y tus ojos estaban un poco rojos, seguí tu mirada y no comprendía que veías hasta que lo entendí. Había una pequeña caja al lado del basurero, se veía como una caja de regalo y recordé que Kento me había pedido que lo acompañara a comprar algo, era la misma caja que yo había visto. Te hablé durante 5 minutos y al ver que no contestabas fui a tu lado, era primera vez que veía a la chica fuerte ser débil por completo - me tocó la mejilla con delicadeza - pensé que si Kento era el culpable entonces me escucharía. Te veías tan perdida, tan fuera de lugar y no podía no hacer nada, te abracé y claro, tú debías llevarme la contraria, pero cuando te dejaste sentir entendí que estaba siendo duro para ti. No te había visto tan mal desde la última vez que nos peleamos y, aun así, esa vez era nada a comparación de ese día. Luego llego Kento, quitaste la mirada y él hizo sus manos puño, recobró la compostura y tú lo viste. Me quede helado al escuchar la frialdad con la que dijo que habías terminado con él por mí. Ambos estaban esforzándose para que funcionara y tú aún no podías sacarme de tu vida, egoístamente pensé que eso debía ser así. Yo siempre tendría que estar a tu lado, como amigo o como alguien que te haría la vida imposible. Fui a verte en el camerino porque esperaba interrumpir algo con Kento, pero vaya sorpresa la que me llevé. También necesitaba un consejo de mi mejor amiga, pero ¿cómo podía pedirle algo tan egoísta?

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