Rin no nayami II

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Sousuke salió corriendo de la habitación. ¿Habré dicho o hecho algo extraño? ¿Qué rayos está pasando? Desde lo de la botella de agua que no puedo mirarlo con tranquilidad. Algo en mi interior se revuelve cada vez que lo veo. ¿Qué está pasando conmigo? ¿me estoy enfermando?

Me pongo de pie y entro al baño. Miro mi rostro en el espejo y me veo un poco sonrojado. Siento el rostro, y el resto del cuerpo caliente. Tal vez si es algo de fiebre. Mojo mi rostro con agua y le miro en el espejo una vez más antes de tomar la toalla y secarme.

Salgo en busca de Sousuke, y lo veo cocinando. Por algún motivo que no puedo explicar, me doy cuenta de los anchos que son sus hombros y lo estrecha que es su cintura. Siento como mi corazón comienza a latir más rápido en mi pecho. Si Sousuke supiera el pensamiento que acaba de pasar por mi cabeza, probablemente me internaría en el hospital preocupado por lo alta que debería estar mi fiebre.

—Haré solo gachas de arroz ¿está bien? Ya que los dos nos sentimos algo extraños esta noche —. Dice, y por otro extraño motivo, me doy cuenta de lo ronca que es su voz.

—Sousuke —. Le digo, acercándome a él.

—¿Hmm? —. Gira la cabeza en mi dirección, y yo muevo mi mano por la parte baja de su espalda mientras lo hace, acercándome a su cuerpo, y viendo por su lado el interior de la olla.

Sousuke revuelve lo que parecen ser simples gachas de arroz, y yo estoy más preocupado por cómo se filtra el calor de su cuerpo a la camiseta simple que está vistiendo. Cómo ese calor entra en contacto con mi piel. Y un pensamiento definitivamente inapropiado entra en mi cabeza, "Quiero sentir su piel contra la mía".

Asustado doy un paso atrás, pero me volteo para que él no pueda ver mi cara mientras hablo: —Se ve bueno.

—¿Sí? —Dice, pero su voz tiembla un poco, y antes de alejarme de él, noté como se sobresaltó al sentir mi mano en su espalda y cómo la mano que revolvía el interior de la olla temblaba.

Me siento en la mesa, en silencio, y lo miro mientras termina de hacer las gachas de arroz.

—Rin, ¿puedes tomar los platos del estante de arriba? —Dice. En el silencio de la cocina su voz parece que es más ronca que hace unos minutos, y siento como mi interior se estremece. Veo como apaga el fogón de la olla

—Claro —, le digo, y me pongo de pie. Saco los platos y cuando me giro, veo como voltea su cara. Sus ojos definitivamente estaban en mi trasero ¿qué está pasando aquí? ¿por qué no logro entender este extraño comportamiento? Y no solo él está comportándose extraño. Yo también lo hago.

Me acerco a él con los platos en las manos. Y se los ofrezco, sin acercarme mucho a él. Definitivamente haré algo extraño si estoy muy cerca de él otra vez. Pero cuando Sousuke toma los platos de mis manos, sus dedos se rozan con los míos, y yo, sorprendido, los suelto. Con sus rápidos reflejos, Sousuke alcanza a tomarlos antes de que se estrellen en el piso y se rompan.

Sin atreverme a mirar su rostro, miro a la olla mientras hablo: —Lo siento.

—Está bien —, dice él, pero su voz definitivamente está más ronca.

Mi corazón se acelera al escucharlo, y de repente escucho el sonido de mis propios latidos en mis oídos.

—¿Estás seguro que estás bien? Tu cara está completamente roja. —Dice y alza su mano derecha para posarla en mi frente. Sin siquiera pensarlo cierro los ojos ante su toque, y siento como mi respiración se queda en algún lugar entre mi nariz y mis pulmones. Sin avanzar si retroceder.

—Estoy bien —, le digo abriendo mis ojos una vez más.

Sousuke aún parece preocupado, pero le sonrío y me siento a la mesa una vez más, mientras él vierte un poco de gachas en cada plato y se acerca a la mesa. Me pongo de pie una vez más y saco una botella de té verde del frigorífico antes de sacar dos vasos y ponerlos frente a nuestros lugares.

SouRin - Omae Wo MatteiruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora