Capítulo 4

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Scorpius saludo a su padre con un leve movimiento de cabeza antes de volver su vista al suelo. Albus, en este momento, se encontraba haciendo su revisión diaria, la cual se basaba en el cuidador haciéndole preguntas y el intentando recordar y dar las respuestas correctas. La familia Potter y Weasley se encontraba sentados a su alrededor, algunos con expresión de cansancio infinito y otros con profunda tristeza.

Scorpius tenía una mezcla de ambos; comenzaba a perder la esperanza. No es como si el no quisiera que Albus recuperara la memoria, incluso, el probablemente era quien más lo deseaba en el mundo, pero la misión de devolverle la memoria al azabache se encontraba cada vez más lejos. Había, durante estas dos semanas, intentad todo: enseñarle fotografías, contarle anécdotas..., pero nada parecía hacerlo recordar. Incluso Hermione se había pasado horas en la biblioteca intentando averiguar si fue un hechizo lo que causo su pérdida de memoria o si se trataba de alguna especie de poción que ellos no conocían.

Scorpius comenzaba, lentamente, a caer en una profunda depresión. No es como si fuera intencional, ya que Albus vivía y su salud estaba bien, pero saber que la persona que ama ya no te recuerda...

--¿Estás bien? —pregunto Draco sentándose junto a él, Scorpius pudo notar las grandes ojeras debajo de sus ojos—Draco también se había encariñado con el chico y había intentado ayudar a Harry buscando cualquier tipo de información que pudiese servirles—y Scorpius no pudo evitar imaginarse como se encontraría él.

Torció su boca, sin saber que responder.

--Creo que iré por un café—su padre asintió y Scorpius se levantó lentamente antes de comenzar a bajar las escaleras hacia la "cafetería"

(Nota; no recuerdo sin en San mugo había cafetería, así que lo lamento si es que no la hay)

Se detuvo detrás de la larga fila y soltó un bufido cambiando el peso de su pierna derecha a la izquierda. Haber pasado días sin dormir le hacía sentirse muy cansado durante el día, pero Scorpius no podía hacerlo; con tan solo cerrar los ojos le venía a la mente la imagen de Albus tendido en una camilla, pálido y con múltiples heridas en todo el cuerpo.

--Odio los hospitales—hablo una voz detrás de él y Scorpius se sobresaltó. Era un chico, cabello castaño y ojos café.

Scorpius sintió un escalofrió recorrer su espalda.

--Igual yo—contesto volteándose, con la esperanza de romper cualquier contacto con aquel chico. Se sentía extraño, pero no entendía el por que, ni tampoco le gustaba.

--Me llamo Mirhees—se presentó con voz demasiado dulce y seductora para su gusto. Veamos, el chico era lindo, si, pero no era nada comparado con Albus ni mucho menos tenía la personalidad que su novio—ex futuro prometido—poseía.

--Scorpius—se presentó, más por educación que por otra cosa.

--Así que...--continuo el chico, claramente decidido a mantener la conversación--, ¿Estás aquí por algún familiar?

Pero que metido, pensó Scorpius con amargura y se volteo, dispuesto a alejarlo de una vez. El no solía ser una persona grosera pero aquel chico—sumándole al hecho de que el amor de su vida no recuerda nada—lo está sacando de las casillas. Aunque, en alguna parte de su enojo, Scorpius sabía que no debía agarrárselas con el pobre chico.

--Estoy aquí por mi novio—soltó sin ningún tipo de remordimiento al ver el rostro del chico teñirse de decepción.

--Oh—contesto el otro, Scorpius avanzo un paso cuando la fila lo hizo--. Bien, creo que ambos necesitamos distraernos, ¿Te invito a un café?

(...)

Albus camino detrás de su padre fuera de la habitación. El día de hoy, la enfermera se había empeñado a intentar hacerle recuperar su memoria y le había hecho millones de preguntas que lo habían desesperado un poco. "¿Cuántos años tienes? ¿Qué día es tu cumpleaños? ¿Cuál es el segundo nombre de tu hermano?..." Eran preguntas sencillas, si, pero Albus no recordaba nada e intentar hacerlo le producía un fuerte dolor de cabeza.

Aunque, no se confundan, él quería recuperar su memoria a toda costa.

Entro a la sala de espera y todos quienes lo habían acompañado se levantaron de un salto y comenzaron a hacer preguntas a Harry casi de inmediato. Albus no presto atención. Su mirada había comenzado a recorrer la sala casi automáticamente en busca de aquella cabellera rubia que tanto le encantaba.

Scorpius no se encontraba por ningún lado.

--Señor Malfoy—llamo la atención, todos voltearon a verle--. ¿Dónde está Scorpius?

Draco Malfoy le miro con una sonrisa, como si el hecho de que preguntara por su hijo fuera un milagro; --Está pidiendo un Café.

Albus asintió y luego de avisar, bajo la atenta mirada de todos, que iría a por él, salió de la habitación y comenzó a bajar las escaleras. No tenía miedo de perderse, después de todo, el gran mapa que había al inicio de la escalera le recordaba a donde debía dirigirse.

Aquello era lo que a Albus le resultaba más extraño; podía leer. ¿No se suponía que, cuando perdías la memoria, no recordabas absolutamente nada? ¿Por qué él podía leer? ¿O por que aún tenía las sensaciones que, probablemente, había sentido antes de perder la memoria? ¿Por qué sentía que todo le era familiar, pero que aun así todo era desconocido?

¿Qué demonios estaba sucediéndole?

(...)

Cuando entro a la cafetería casi cae al suelo.

Scorpius estaba...hablando con un chico.

El calor pareció aumentar en la habitación, lo cual era imposible al estar a mitad del invierno. Albus podía sentir su rostro calentarse, pero no sabía si era de rabia o de otra cosa. Tampoco sabía que hacer con el repentino sentimiento de celos que lo invadió, tan abrumante, que se vio obligado a detener el impulso de ir hacia ellos y separar a su rubio de aquel chico.

Sacudió la cabeza antes de comenzar a avanzar lentamente hacia ellos.

¿ "Su" rubio?

(...)

Scorpius se volteo casi al instante cuando sintió una mano posarse en su hombro. Sea quien sea, se lo agradecía enormemente; había llegado justo a tiempo para salvarlo de tener que contestar a Mirhees.

Aunque eso si, no esperaba encontrarse a Albus.

 Mucho menos a un enojado y celoso Albus.

--Hola—hablo el azabache al ver que el parecía no reaccionar--. La sección termino, estábamos por irnos—Albus le dijo a Scorpius pero no le miraba, más bien, tenía la mirada fija en Mirhees.

El castaño también miraba a Albus con una especie de desafío que a Scorpius no le gustó nada.

Él era de Albus y Albus era suyo, así de simple.

--Vamos—urgió al ver la fulminante mirada de Albus y sus puños apretados a ambos costados.

Albus no contesto pero, aun así, lo siguió fuera.  

¡Helouuuuuu!

¡Por fin actualizo!

¡Por fin actualizo!

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Jeje amo a Dean.

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