Parte 1/2
Genial, esto era genial, definitivamente había quedado fascinada con el restaurante del hotel, enamorada, el restaurante tenía un bufete tan grande que no sabía por dónde empezar, no sabía que tomar para el desayuno, quería todo pero luego las personas iban a pensar que era una loca comelona, así que me limité a mirar con cuidado y deliberar sobre lo que iba a tomar, tomé una porción de fruta, un pudín de chocolate, unos huevos revueltos, panqueques y un yogurt, mi bandeja estaba repleta, habían muchas cosas que había dejado atrás como los maravillosos waffles y las fresas con crema, pero iba a estar aquí por unos días, tenía tiempo para probar todo.
Miré alrededor hasta toparme con la mesa en la que estaban sentada mi familia, no toda, claro, eran por lo menos unas diez personas, habían juntado varias mesas para hacer una mesa muy larga, se veía un alboroto, tanto que hasta consideré el ir a sentarme a otra mesa pero sabía que me llamarían después para que fuera con ellos, así que me limité a ir directo y tomar el espacio que estaba entre Mayon y Oz.
-Buenos días -dijo Oz inmediatamente tomé asiento.
-Gracias, igual-dijo Mayon sonriendo, idiota, siempre estaba tratando de bromear.
-Es obvio que no te hablaba a ti-dijo Oz tomando tranquilamente su tasa de café.
-Es obvio que no me importa-y ya empezaba Mayon con sus idioteces inmaduras.
-Buenos días-dije tratando de que no siguieran hablando-la comida esta genial.
-Maravillosa, he comido hasta reventar, ya hacía falta, estando en tu casa nunca hay desayuno-dijo Mayon tomando una cucharada de mi fruta.
-Si lo hay salvaje, solo que tú te levantas a la hora de la cena, hasta me impresiona que estés aquí levantado, siendo aún de mañana-corrí mi fruta hacia el lado donde estaba Oz alejándola de Mayon.
-Son vacaciones, necesito disfrutar, emborracharme desde temprano, comer, ir a una discoteca, dicen que en el hotel hay una genial.
- ¿Quieres salir a cazar? -levanté las cejas
-Nah, aburrido, eso se lo dejamos a Oz, es un reparte pollas-empezó a reír y Oz frunció el ceño.
-Gracias a que yo si cuento con una polla-dijo Oz muy serio, él era muy serio, y era sorprendente en que Mayon al ser un chistoso y juguetón no fuera mujeriego, era lo único que le faltaba para ser el combo de chico imbécil, pero Oz era un abogado, era muy bueno en lo que hacía, había ganado varios casos muy importantes y había tenido una carrera muy firme, se había graduado con honores de la universidad y había encontrado una firma de abogados tan rápido que al segundo año en la compañía lo ascendieron a uno de los mejores puestos, pero sobre todo eso tenía ese único defecto, era un mujeriego. Y vaya que era bueno en eso, había tenido una sola relación seria en todos sus treinta años, menuda sorpresa me llevé al darme cuenta el día de mi cumpleaños veintiuno, siempre había sido tan reservado que creí que nunca iba a tener una relación hasta que ese día fuimos a un club y lo vi besarse con tres chicas hasta que se fue a casa con una rubia perfecta, con manicura roja y labios del mismo color, un pequeño vestido ceñido al cuerpo y unos tacones de unos diez centímetros, Mayon había sonreído mucho al ver mi cara de sorpresa y decepción.
-El día en el que Doña Ideales se da cuenta que Don Perfecto es un zorro-sonreí con su comentario, hasta ese día Oz había sido de mis tíos favoritos.
Al día siguiente pensé en ello y al ver a Oz en la cena y analizarlo tomé nota de algo que siempre había pasado por alto, Oz era un partido enorme, con su cuerpo fornido, metro noventa, cabello oscuro, tés bronceada, cejas tupidas, nariz perfilada y para terminar, ojos azules, nunca lo había visto como nada más que el grandioso y exitoso Oz, pero en ese momento logré ver lo que veían otras chicas, Oz estaba buenísimo y con su carácter serio era imán para las chicas, pero aun así lo encontraba decepcionante, no me gustaría toparme con un tío que me tratara como Oz trataba a sus chicas.

YOU ARE READING
Cuando al fin me encuentre
Romansa-Te amo -le dije - como nunca he amado a nadie. Eso era una mentira, nunca había amado a nadie ¿como sabes que amas si no sabes que es el amor? Y tal vez el me había tratado de demostrar su amor de una y mil formas pero yo no sabía que hacer con e...