Adelanto

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Próximamente

Estaba atrasada, supongo, suponiendo que no sabía en que habíamos quedado, eso aún era una incógnita, caminaba por el comercial con las bolsas de mi nueva ropa, eran un poco molestas y estaba hambrienta pero a estas alturas no podía sentarme a comer, estaba intranquila y no sabía muy bien que era lo que iba a pasar, faltaban cinco minutos para las siente, hora que se suponía que nos íbamos a encontrar no sé realmente donde, visualicé una tienda de celulares, podría ir a verlos suponiendo que necesitaba uno nuevo, ya el que tenía daba señales de que un día dejaría de funcionar y cuando eso pasara quería tener uno nuevo y más moderno.

Veinte minutos después tenía un celular nuevo, terminó de encenderse, tenía dos llamadas perdidas, empezó a vibrar en mi mano.

- ¡Tarde! -dijo una voz al otro lado, sonreí.

-Lo sé, lo siento.

-Me refería a que estoy tarde ¿Dónde estás?

-Estoy en el comercial.

-¿Cuál comercial?

-Chalie.

-Rayos, quédate ahí, nos vemos en el puente en diez minutos.

Sonreí, no podía evitarlo, lo había extrañado mucho.

Esperé durante cinco minutos en una banqueta antes de tener la necesidad de caminar alrededor, estaba ansiosa, mire en algunas tiendas, pero no estaba tomando atención, decidí que lo mejor sería ir a mi auto a dejar las bolsas, no podía caminar bien con ellas y aunque sabía que el traería su auto decidí venir en el mío, no sabía cómo acabarían las cosas, empecé a ir al parqueo antes de que mi teléfono empezara a sonar, definitivamente iba a cambiar ese tono.

- ¿Dónde estás?

- Iba en camino a dejar mis compras al auto.

-No vayas, puedes dejarlas en el mío.

-Pero traje mi auto, debo llevarlo.

-Puedes dejarlo aquí y volveremos en la mañana.

-No quiero volver en la mañana.

- Volveremos en la mañana -dijo autoritariamente, rodee los ojos- estoy esperándote, no tardes.

-Vale, voy a colgar.

- ¡No! No cuelgues, esperaré hasta que te vea -sonreí

-Vale -empecé a caminar hacia donde se suponía que él se encontraba, no me sorprendía el hecho de que caminara aún con las bolsas que hace cinco minutos tenía destinadas a que estuvieran en mi auto, pero él tenía fuerza sobre mí, lo odiaba, pero me había hecho mucha falta.

Caminé rápidamente hasta que vi su espalda, era él, nadie jamás podría lucir como él.

-Eres tan enana que de seguro jamás lograré verte entre la gente- dijo por el teléfono.

-Eres tan horrible que por desgracia logro reconocerte entre la gente -volteo hasta que estábamos a unos pasos.

Sus ojos, sus ojos expresaban todo lo que no podía expresar yo con miles de palabras. Su mandíbula se tensó. Bajó su teléfono.

Caminó lentamente hacia mí.

-Mio Dio -dijo tomándose el cabello, lo tenía igual que siempre y me gustaba que no cambiara- maldezione.

- Dices que no diga tacos.

-No debí decirte nada, extrañé tus malditos tacos -reí, yo extrañe su regañina por decir tacos -quiero que tires esas bosas para poder abrasarte.

-Es una ropa nueva muy costosa- dije mirando mis bolsas.

-Te compraré más, que sea mucho más costosa si quieres -fruncí el ceño, él no había cambiado nada, seguía siento tan él que me asustaba.

Dejé caer lentamente las bolsas, un segundo después él estaba sobre mí en un gran abrazo dejando mis pies en el aire.

-Mujer -besó mi cabello- te odio.

-Te odio más.

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⏰ Last updated: Aug 18, 2017 ⏰

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Cuando al fin me encuentreWhere stories live. Discover now