Sentimientos inconvenientes

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Canonverse situado aproximadamente en los eventos que suceden a partir del capítulo 51 del manga. Aquí Eren es mayor de edad. Riren.

*La imagen de portada es de Ro (roredwarrior) y los personajes pertenecen a Hajime Isayama.

*Ya'aburnee: Expresión árabe que significa "You bury me" donde se expresa el deseo de un amante de morir antes que el otro para no sufrir su pérdida. 

(Actualmente en proceso de beteo, iré subiendo los caps. Se notarán los nuevos por los títulos)


Hacía poco que Eren y sus compañeros formaban parte de la nueva escuadra del capitán Levi, quien les había comunicado la noticia mientras algunos de ellos aún permanecían convalecientes tras la última incursión donde el comandante Erwin había perdido su brazo. El capitán, sin ahondar en más explicaciones, los había guiado junto con Hange y algunos de sus mejores reclutas hacia un refugio en una zona apartada cerca de las montañas orientales del muro Rose. Habían conseguido despistar a sus perseguidores, aunque no estaban seguros de cuánto tiempo permanecerían en el fondo de aquel barranco.

La atmósfera entre los integrantes de la promoción ciento cuatro estaba cargada de expectación y cierto pesimismo. Sin embargo, todos intentaban realizar un esfuerzo por colaborar en la rehabilitación del refugio, quizás en un intento de aliviar la tensión que generaban las preguntas que nadie osaba vocalizar.

Eren observó cómo el capitán Levi conducía a su montura hacia la zona donde habían improvisado un establo gracias a la básica construcción que había realizado mientras estaba titanizado, siempre bajo las indicaciones de Hange.

Lo siguió con la mirada, consciente de la profunda admiración que le inspiraba aquel hombre. Aún le sorprendía que con su pequeña envergadura pudiera hacer despliegue de tanta agilidad y fuerza en el campo de batalla. Quizás ese factor inesperado le había conseguido más de una victoria en el pasado, cuando vivía en la ciudad subterránea. Eren estaba convencido de que ningún enemigo vendría venir aquella fortaleza. Sonrió al imaginar la expresión de incredulidad en el rostro de aquellos que acabaron mordiendo el polvo tras intentar luchar cuerpo a cuerpo con el hombrecillo.

Continuó observándolo de reojo cuando éste se detuvo para dar unas instrucciones a Conny y a Sasha para que se hicieran cargo de los caballos.

No, admiración se quedaba muy corto. Ese sentimiento no explicaba la sensación que experimentaba en el estómago cada vez que se dirigía hacia él, algo que se veía obligado a reprimir de forma constante. Solo Mikasa y Armin, sus amigos de la infancia, conocían su pequeño secreto.

Siguió concentrado en su capitán, disfrutando de ese breve descanso en el que podía detenerse a contemplarlo, sintiéndolo tan lejos, tan inalcanzable.

Unas manos fuertes se posaron sobre sus hombros, sobresaltándolo.

—Como sigas con la boca abierta van a anidar las moscas ahí dentro.

La carcajada de Hange lo avergonzó. Sintiéndose descubierto, trató de disimular con un encogimiento de hombros.

—Aún me resulta un poco impactante observar algo que he construido siendo un titán sin ser capaz de recordar absolutamente nada del proceso —murmuró en un intento de justificar su escrutinio.

La observó de reojo mientras la castaña tomaba asiento a su lado. Al parecer su excusa había sonado convincente. Ambos observaron la estructura que había levantado en unos minutos con listones de madera y cuerdas.

—Creo que solo Pixis debe conocer esa sensación.

Ambos rieron ante la perspicacia de la castaña. Todos sabían que Pixis era demasiado amante del alcohol, y era muy probable que algunos días amaneciera sin ser consciente de las cosas que había hecho bajo sus efectos.

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