Razones para odiarte: prólogo.

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Te odio.

Odio todo de ti.
Desde tu cabello hasta la punta de los pies.

Odio tu espantosa actitud.
Odio tu manera de vestir,
Odio que siempre tengas razón,
Odio como aprietas mis mejillas,
Odio que me hagas cosquillas,
y odio como acomodas tu cabello.

Odio que me hagas enojar,
Odio que la mires a ella,
y no a mi.
Odio que estén tiempo juntos,
Odio que hagas como si no me conocieras.

Tú me conoces.
Yo te conozco.

Odio hacerlo.

Y a la vez...,
Te quiero.

Odio la forma en que te paras para saludarme,
Odio que me ayudes en lo que necesito,
Odio que me protejas.

Odio que al frente de alguien más,
yo no soy nada para ti.

Te envío regalos,
y tú no dices nada.
Te envío mis sentimientos,
y a ti no te importan.
Te envío todo de mi,
y tú prefieres todo lo de ella.

Odio que sólo debes decir perdón y ya está todo solucionado.
Odio ser tan débil ante ti.

La odio a ella.
Te odio a ti.

Odio tu estúpida manía de llamarme cuando necesitas algo de ella.

Siento que la única razón por la que me hablas es para acercarte a ella.

Odio esto.

Admiro tus ojos ciegos,
tus oídos sordos,
tu tacto insensible... 

Admiro como haces para convencerte que yo sólo te veo como amigo.

Admiro tu corazón frío,
que cuando lo lograste con ella...
fuiste a decirle a todos que era la indicada.

Admiro tu mirada fría,
que sólo ella puede derretirla.

Admiro la valentía que tienes,
al ahora venir a buscarme.
Buscarme sólo para saber de ella.

Admiro la capacidad que tienes para lastimarme sin saberlo.

Odio que con tan sólo unas palabras ya me lastimaste.

Te odio.

Blossom dejó de leer.
Buttercup miraba sorprendida a su hermana.

-Blossom, ¿cuando escribiste esto?

No podía hablar. Si lo hacía se derrumbaría... no podía permitirse llorar delante de alguien.

-Blossom- insistió su hermana-, ¿por qué nunca dijiste nada?

La joven seguía sin emitir palabra alguna.

Buttercup abrazó a su hermana.

-Déjalo salir, líder. Prometo que no te veré. Lo prometo.

Ahí estaban. Todas esas lágrimas que no se permitía derramar, por primera vez escapaban de sus ojos.

Todos esos sentimientos que había callado salían a flote en ese preciso momento.

Jamás pensó que tendría tantas lágrimas en el cuerpo.

Sin emitir sonido lloró en el hombro de su hermana.

Razones para odiarte ;; BlossickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora