Capítulo 3

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Las horas pasaban rápidas mientras que conocía al novio de mi hermano, suena algo raro decirlo de esa forma. Era tarde que decidimos dejarle dormir esta noche en nuestra casa.

—¿Tocas el violín? Ya veo por que mi hermano se enamoró de ti.— Reí mientras que sentí un golpe en mi hombro.

—Podría enseñarte si gustas.— Algo sonrojado sonríe pero lo interrumpe Gabriel.

—No creo que debas desperdiciar tu tiempo con él, es como enseñarle a un mono hablar.— Enciende un cigarrillo que enseguida le quitó Jimin regañándolo.

—Lo mismo que hace contigo, desperdicia su valioso tiempo contigo como un novio estúpido e inmaduro como tú.— Me aparte un poco ya que podría darme un golpe.

Jimin y Gabriel discutían de cuál había sido la mejor película de Harry Potter mientras mirábamos una de esas películas lo cual era fastidioso por que no me dejaban escuchar.

—Es más que obvio en que es la orden del fénix.— Dijo Gabriel.

—¡Claro que no, es el prisionero de azkaban!.— Defendió Jimin.

—¡Podrían mejor aceptar que todas fueron buenas y callarse de una puta vez que no me dejan escuchar!.— Les grite que enseguida se callaron mirando la tele, no duró mucho ya que volvieron a discutir.

Rodé los ojos hasta que escuché mi celular que me había llegado un mensaje. Lo tome observando que era de Wendell, ¿No podía ser mi noche más peor?

Wendell

Hola Alex ¿Puedo llamarte?

Alex
No ¿Y como para que quieres llamarme?

Wendell
Sólo quería hablar un rato para desahogarme

Alex
¿Tienes problemas?

Wendrell
Algo así ¿Entonces puedo?

Alex
Ese tipo de cosas no se habla por llamada, podemos vernos fuera del instituto en media hora si quieres

Wendrell
Muchas gracias Alex

Y así finalizó nuestra conversación lo cual me dejaba confundido, ¿Desde cuando me interesaba Wendell?

—¿Pasa algo hermanito?.— Me dijo divertido Gabriel.

—Agh mejor callate soldadito.— Aparte su rostro hasta que se alejara lo suficiente de mi.

—Voy a salir ¿No quieren algo de regreso? Que no sea alcohol y cigarros.—

—¡Dulce de regaliz sabor fresa!.— Grito Jimin colocando el dinero en mi cara. Gabriel río divertido pues de seguro ya se lo esperaba.

Lo tome y dirigí mi mirada al otro quien estaba atentamente mirando la película con el brazo abrazando los hombros de Jimin.

—¿Tú no vas a querer algo soldadito?.—

Este negó.

Mientras yo me dirigía al cuarto para vestirme aún no me quitaba el uniforme, opte por darme una ducha rápida y vestir casual. Salí faltando 10 no me apuraba pues no estaba tan preocupado por Wendell.

Llegue justo a tiempo viendo que Wendell apenas llegaba con la mirada pérdida observando el cielo estrellado, en una banca nos sentamos y estábamos en silencio. No tenía idea de como hablar con alguien que nunca había tenido contacto con él hasta ahora.

No todos los vampiros tienen sed de sangre (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora