tomé una fotografía mental
de su mirada posada en atardeceres. de manos danzando suavemente entre sábanas. de olas violentas y carreras en la arena. de flores en portafolios, nudos mal hechos y sonrisas torcidas.y admití en voz alta que, no pensé que amar podía llegar a lastimar. no fuí consciente de la inimaginable tempestad que venía con sus promesas, de la mano con los pétalos marchitos de alguien que en su corazón permaneció.
la cura al dolor de cabeza, vino con olor a cigarrillos rubios y lágrimas de acuarela. con miles de botellas debajo de la cama, un labial rojizo y fragancia a flores en primavera.
-que extraña manera de querer.-dijiste- porque muy en el fondo no somos más que venas infestadas en drogas y sentimientos a flor de piel. no más que promesas rotas, nudillos partidos y nicotina. pero aún así no te das por vencida cuando digo que no te querré eternamente.
que manera de romantizar, lo insano y tóxico hasta convertirlo en eso que llamas amor, entre suspiros y mentiras piadosas. entre poemas desordenados y recuerdos casi desechos.
¿podía curar el dolor en su mirada? sólo me recordaría a su voz de ese verano. abandonando la pequeña ciudad que no olvida ni duerme, y cortando mi cabello en un vago intento de no desaparecer de la distorsionada visión que llevaba de mi misma.
porque aunque trate de arreglar mi mente, él escuchará con un gusto amargo en la boca, a cerca de unas flores tatuadas y su recurrente manía de llamarme cuando está ebria y melancólica. cuando entre suspiros entrecortados diga su nombre accidentalmente provocando un caos en mi pecho.
la ignorancia no era más que felicidad compacta en una caja torácica.
busqué la respuesta a preguntas nunca dichas en voz alta.
escribí tristes historias imaginando cada paso dado. traté de recordar qué se sentía tener hogar, pero ¿tú no eras lo que llamaba hogar? ¿en qué momento la dependencia se volvió más fuerte que mi bienestar?-que manera tan peculiar de querer que te aborda en las noches-continuaste.-me llega a consumir los huesos, me hace ver colores y escuchar nombres. juega con mi mente y mi corazón. pero aún así me gusta.
te enamoras ciegamente de lo tóxico e imposible. te enamoras siendo consciente de que puede matarte. y por eso me gustas, así de desecha y agridulce. así de inconsciente, terca y efímera. así de etérea y quebradiza.
porque no eres más que la representación de desastre en carne y hueso, a través de ojos cafés y mejillas carmín. a través de agarres débiles, besos con sabor a aspirinas y carreteras vacías.
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dear mom, i have vomited blood [poemario]
Poetryanalgésicos, cartas y flores marchitas. (escritos repetitivos de madrugada, entre té de manzanilla y mi álter ego)